Desde mañana las mascotas en el subte

El año pasado se sancionó la ley que surgió de una encuesta en la que más del 70% votó a favor. Es para perros y gatos que deberán estar en cajas o jaulas especiales.

Un hombre baja las escalares cargado con una caja transportadora, adentro lleva un Schnauzer. Una mujer ubica entre sus piernas, en el piso de un vagón, un canil portátil, adentro hay un siamés. Cualquiera de estas situaciones se volverá posible desde mañana, cuando rija la ley que permite a los pasajeros del subte trasladarse con perros o gatos en las seis líneas de la red.

La ley se sancionó en noviembre y se aplicará los sábados, desde las 13, y los domingos y feriados durante todo el día. “Se eligieron los horarios con menos cantidad de pasajeros, los sábados antes de las 13 la circulación es alta”, dijeron desde SBASE, la empresa estatal que controla los subtes, a Clarín. La ejecución de la ley se coordinó entre el ente porteño y la Agencia de Protección Animal de la Ciudad.

Los viajes con mascotas no tendrán costo adicional. Contemplarán un gato o perro por pasajero y que los animales sean trasladados en cajas o bolsos, que puedan ser manipulados en forma sencilla y no interfieran ante una evacuación. No se admiten correas ni carritos.

En los andenes estará señalizado el sector de espera para abordar los trenes. Los pasajeros con mascotas sólo podrán viajar en el último vagón. Estará prohibido desplazarse por el interior de la formación con los animales. En caso que el pasajero llegue tarde al momento de la entrada del subte al andén, deberá esperar el próximo y subir por el último vagón.

El usuario será responsable del estado general del animal y de su custodia. El contenedor en el que se haga el traslado deberá ser ventilado. En caso que no esté garantizada la seguridad o se esté molestando a otros usuarios, el personal de la estación está capacitado para impedir el ingreso. Los pasajeros además deberán tener la constancia de vacuna antirrábica vigente. El documento puede ser solicitado en la boletería o por personal del subte o efectivos de la Policía de la Ciudad.

Si bien la decisión de darle la bienvenida a las mascotas en el subte era esperada por sus dueños, éstos deberán cumplir con varios requisitos: ser mayores de edad, no usar la escalera mecánica, no sacar al animal del contenedor, no ocupar los asientos con las cajas o bolsos de traslado, no usar los asientos inmediatos a las puertas para no interrumpir el ascenso y descenso de los restantes pasajeros, no alimentar a los perros o gatos durante el viaje.

 

Antes de llegar a la Legislatura, la propuesta fue sometida a una votación a través de las redes sociales y el 72% de los encuestados -no sólo participaron porteños- estuvo de acuerdo. Con esa respuesta positiva junto a un estudio previo, que indicaba que en el en el 59,3 por ciento de los hogares de la Ciudad hay mascotas, el Ejecutivo impulsó el proyecto de ley. El 17 de noviembre se aprobó con 56 votos a favor y cuatro abstenciones. Durante el debate se tomaron elementos, como la gratuidad del pasaje, de otra iniciativa perteneciente a la diputada de Natalia Fidel (SUMA+ – ECO).

El traslado de mascotas también se implementa en los subtes de París, Berlín, Bruselas, Ámsterdam, Nueva York, Medellín, Londres y Madrid. Según dijeron desde el Gobierno, la aplicación en Buenos Aires fue un diseño propio, similar en algunos puntos al español.

 

Mañana a las 13, el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta hará el viaje inaugural con mascotas en las estaciones Pueyrredón y Las Heras de la línea H. Hasta entonces se hará una campaña de comunicación y concientización sobre la normativa. Y 180 días después de su puesta en marcha, el Ejecutivo deberá presentar un informe ante la Comisión de Obras y Servicios Públicos de la Legislatura porteña. Será un análisis del funcionamiento, que permitirá establecer o no modificaciones.

Se estima que en la Capital hay cerca de 430.000 perros y 250.000 gatos en los hogares. Esto representaría 14 perros cada 100 personas y 8 gatos cada 100 personas. Son cientos de miles de perros y gatos en viviendas urbanas, que son percibidos como un miembro familiar más, con nombre, derecho a comida, ropa, techo y ahora transporte.

María Belén Etchenique