No es tan complicado tomar medidas y acabar con esa relación entre la obesidad y el sendentarismo, una relación que se ha aliado en contra de nuestra salud y la de nuestros hijos.
Parece que nos cuesta entenderlo pero niños y adultos necesitamos salir al exterior todos los días, con sólo tres cuartos de hora al aire libre cada mañana nuestro cuerpo se activa, se “despierta” realmente.
Pasamos cada vez más tiempo de nuestras vidas entre cuatro paredes y rodeados de pantallas, lo llamamos comodidades de la vida moderna pero al final son perjuicios para nuestra salud aunque parece que no queremos darnos cuenta ni darle la importancia que realmente tiene.
Como mínimo, los expertos marcan el límite en 20 minutos al día de contacto con la naturaleza para organizar nuestros biorritmos y que no se altere nuestro sueño ni nuestro apetito como viene ocurriendo a millones de personas en estos días.
La tecnología nos está recluyendo en espacios cerrados cada vez durante periodos de tiempo más largos lo que no es bueno para nuestra salud. Necesitamos exponernos al sol para organizar nuestro ciclo circadiano y necesitamos movernos, levantarnos del sillón.
Según un estudio de la Universidad de Rochester, pasar tiempo a diario en entornos naturales puede mejorar nuestra vitalidad en un 40%, un dato a tener muy en cuenta y aún más si hablamos de niños y los altos índices de obesidad infantil que se están dando cada vez en más países.
La milla diaria
Con esta premisa: la necesidad de actividad física en el exterior de los niños desde un colegio, en Escocia se puso en marcha “la milla diaria”.
La idea fue de Elain Wyllie cuando aún era profesora en activo, ahora está jubilada de la docencia y se dedica a dar a conocer qué es y cómo se están adhiriendo cada vez más centros a “la milla diaria”.
Elain pudo constatar entre sus propios alumnos lo que las estadísticas reflejan sobre el estado de salud de la infancia inglesa. Casi el 40% de los niños británicos de entre 11 y 15 años tiene sobrepeso y uno de cada 10 es obeso antes incluso de empezar el colegio.
Los niños ingleses están en peor forma física que nunca según los datos que manejan las autoridades y casi todas las voces coinciden en que esto se debe a una vida excesivamente sedentaria.
Elain un día de 2012 decidió sacar a toda su clase al parque que veía desde la ventana del aula y les propuso que lo rodearan corriendo, como un experimento. Un recorrido de un cuarto de milla para que lo realizaran niños de 10 años no era pedir demasiado y sin embargo ese día ni uno solo de sus alumnos completó el recorrido.
Al día siguiente volvió a sacarlos a todos al parque y repitieron el recorrido y al otro día igual y al siguiente lo mismo… Pasado un mes todos los alumnos de Elain podían dar cuatro vueltas al parque, recorrían una milla y por eso se llamó “la milla diaria”.
La salud es contagiosa
La primera salida de los alumnos de Elain fue en febrero, para Semana Santa ya no salían solos sino con cinco clases más del colegio, antes del verano ya era todo el colegio el que hacía la milla diaria.
¿Cuál es el truco? Que no se obliga a nadie, se les anima a que corran pero pueden hacer el recorrido como quieran, no es deporte, es salud; no hay competición, hay diversión.
Hoy son ya más de 600 centros de Escocia y otros 200 en Inglaterra y Gales los que se han sumado a “la milla diaria”, se ha convertido en una buena costumbre hasta el punto que los tres partidos escoceses lo incluyeron como propuesta en su programa electoral para las últimas elecciones regionales.
Los resultados positivos no se han hecho esperar. Los índices de sobrepeso en el colegio de Stirling en Escocia donde trabajaba Elaine y donde arrancó “la milla diaria” han caído a la mitad de la media escocesa. La forma física y la salud de los niños ha mejorado pero también su comportamiento y su rendimiento académico, según señalan sus profesores.
Por todo esto, la Universidad de Stirling ha iniciado un estudio en el que pretende medir los beneficios reales físicos, cognitivos y emocionales de “la milla diaria” sobre la población infantil de este centro pionero ya que es la primera iniciativa en el mundo occidental que ha funcionado para reducir la obesidad infantil.
En la actualidad “la milla diaria” ya se practica también en colegios de Bélgica, Polonia, Italia y Holanda por lo tangibles que son los beneficios que esta idea aporta a los niños que la llevan a cabo.