La influencia de la dieta en nuestro humor

Si cuando tenés hambre sentís que tu comportamiento varía y te ponés más impulsivo, tranquilo... tiene su explicación.

¿Sentís que cuando tenés hambre tu humor cambia para peor y te volvés más impulsivo? Si te pasa esto, no te preocupes, es “normal”. Al menos investigadores de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia, tienen una explicación.

La responsable de nuestro estado de ánimo y comportamiento más “agresivo” frente al hambre es la grelina. Esta hormona, que determina el apetito, se vuelve contra sí misma y contra nosotros cuando percibe que el estómago está vacío.

A partir de un estudio realizado con ratas, la sueca Karolina Skibicka, endocrinóloga y una de las investigadoras de la Universidad de Gotemburgo, aseguró que “el aumento de la grelina hasta niveles que se dan antes de las comidas provoca que actuemos de manera impulsiva y tomemos decisiones que no son muy racionales”.

Este dato es clave para descartar las dietas desequilibradas o hipocalóricas que nos dejan con hambre. Además, muchas veces ocurre que irnos a la cama con la panza vacía hace que nos cueste dormir, por lo que, seguramente, duplicará el mal humor al otro día. Aunque también es verdad que, muchas veces, cuando comenzamos una nueva dieta, el estómago necesita su tiempo para acostumbrarse al nuevo esquema de comidas.

De todas formas, es fundamental llevar una dieta personalizada y que nos sacie el apetito. A su vez, es importante saber que hay nutrientes y alimentos específicos que se relacionan con la producción o inhibición de ciertos neurotransmisores y hormonas. Un ejemplo es el triptófano, un aminoácido precursor de la serotonina, un neurotransmisor ligado al placer y bienestar mental. Algunos de los alimentos ricos en triptófano son el huevo, la leche, los cereales integrales, los garbanzos, el plátano, entre otros.

De todos modos, más allá de lo que comamos, existen elementos personales que también influyen en la relación de nuestra dieta y nuestro estado de ánimo. Si nuestra alimentación es coherente con nuestras elecciones también nos sentiremos bien. Al menos, algunos estudios reflejan esta relación al mostrar cómo la elección de las personas de ser vegetarianas, por ejemplo, mejora su humor y su estado de ánimo al estar alineados con sus valores.