¿La alimentación mejora la fertilidad de la mujer? ¿Y del hombre?

¿La ciencia respalda si la alimentación puede ayudar a la fertilidad del hombre y de la mujer?

Alimentación y  fertilidad son dos temas que están relacionados entre sí, de manera directa e indirecta, tanto en hombres como en mujeres.

En el caso de la mujer, hay multitud de compuestos que se ha documentado que son importantes, tanto para mejorar la calidad de los óvulos, como para el desarrollo del embarazo. A continuación, enumeramos algunos de los más importantes.

  • Vitamina B: el complejo de vitaminas B son fundamentales para la ovulación e implantación.
  • Ácido fólico: es un tipo de vitamina B que es fundamental para el desarrollo del sistema nervioso del embrión. Pero, a pesar de que la dieta sea equilibrada, en el caso de las pacientes que buscan embarazo (y en las que ya están embarazadas), se recomienda un suplemento extra de ácido fólico.
  • Antioxidantes (vitaminas A, C y E): su papel es proteger el ADN de las células.
  • Zinc: juega un papel en la calidad ovocitaria.

En el caso del varón, la malnutrición influye igualmente en la fertilidad, ya sea por defecto (desnutrición), como por exceso (obesidad). El déficit de ácido fólico, el Zinc y los antioxidantes (vitaminas A, C y E) afectan a la calidad y movilidad de los espermatozoides.

No hay ningún alimento que, por sí mismo, mejore la fertilidad. Sin embargo, si mantenemos una alimentación equilibrada y variada, nos aseguraremos de que todos estos compuestos que influyen en la fertilidad estén presentes en nuestra dieta en cantidades suficientes. Nuestra alimentación debe ser rica en frutas, vegetales y granos enteros (trigo, maíz, centeno, avena, arroz o cebada). Debemos tomar alimentos ricos en vitamina C (naranja, kiwi, arándanos) y vitamina E(nueces, almendras, aceite de oliva). Para asegurarnos un aporte adecuado de vitamina A, nuestra dieta deberá incluir zanahoria, calabaza y/o espinacas.

Por otra parte, existen suplementos vitamínicos, que contienen estos compuestos. Sin embargo, nunca deben utilizarse como sustitutos de una alimentación equilibrada.