La dicotomía entre la mente y el corazón es algo muy común, en lo que todos pensamos casi a diario. Sri Sri Ravi Shankar, el fundador de El Arte de Vivir, se expresa sobre este tema ante una pregunta de un seguidor: “Mi mente con frecuencia quiere una cosa y mi corazón quiere otra. Me siento confundido y sin saber qué hacer. ¿Cómo puedo hacer que ambos se reconcilien y quieran lo mismo?”
Sri Sri Ravi Shankar, le respondió: “Si estás confundido por la diferencia que hay entre la mente y el corazón, tomate un tiempo. Hay un proverbio chino que dice: ‘Si estás confundido y no sabes cuál es la decisión correcta a tomar, usa una almohada y ve a dormir’. Quiere decir que todo a la larga va a terminar en su lugar, por su propia cuenta, por más que te esfuerces. Practicá la relajación, no estés confundido, tu confusión no aporta nada, en la mente serena se ven mejor las cosas”.
Nuestra mente siempre quiere cosas nuevas, galopa hacia lo nuevo. La nueva moda, los nuevos chistes, los nuevos destinos, la nueva música, lo que desees. Sin embargo nuestros corazones añoran lo viejo; lo antiguo.
Uno nunca se enorgullece diciendo: ¡Este es un nuevo amigo! ¡Esta persona es una nueva amiga que acabo de hacer hace dos horas! No, esto no lo decimos casi nunca, no te gusta decir que una amiga es un nuevo amor, sin embargo sí te enorgullece decir: ¡Este es un viejo amigo! ¡Hace tanto lo conozco! ¡Esta es una amiga de toda la vida! Mostrar a tus viejos amigos te pone muy feliz, esta es la tendencia del corazón, de los sentimientos.
La amistad y el amor, que no son de la mente, se sienten más felices con las de larga data, de lo antiguo. Pero si ves la moda, la innovación, la tecnología y todas las nuevas ideas, que son de la mente, esta se enorgullece de lo nuevo. Pocas veces se escucha a alguien feliz por una vieja idea. Sino que decimos ¡tengo una excelente “nueva” idea! Nos enorgullecemos de las nuevas ideas. Y lo mismo ocurre con la tecnología: no estamos orgullosos de algo muy viejo, de la época del tocadiscos, sino de algo de última generación. Este es un nuevo y último modelo.
La vida, sin embargo, es una combinación de ambas, lo nuevo y lo viejo. Cada una tiene su razón de ser, necesitamos tener a ambas activas. La mente nos ayuda en el progreso y en la evolución, el corazón a mantener las amistades, las tradiciones, los vínculos. No podemos eliminar ninguno de ellos, si lo haces, o pretendés hacerlo, la vida no es completa.
Así como no hay conflicto entre lo nuevo y lo viejo, la mente o el corazón, nunca se divorcian, entonces no trates de casarlos porque ya están juntos. Estos polos opuestos son necesarios. Sabiduría es saber cuándo tenés que aplicar tu mente y dónde aplicar el corazón. Aplicá tu mente para los negocios y tu corazón para las relaciones.
Para las personas que están mucho en la mente y menos en el corazón la meditación y la respiración son las herramientas para este cambio, las ablanda, las suaviza y les hace más sensibles.
Por Beatriz Goyoaga, coordinadora de El Arte de Vivir para Latinoamérica y España.