Hoy es el día uno del blanqueo de capitales, con el que el gobierno de Mauricio Macri espera reunir entre u$s 40.000 y 60.000 millones que ayuden a cerrar el año sin recurrir a nuevas emisiones de deuda. Pero más allá de las metas macroeconómicas, el “sinceramiento fiscal”, como lo llama el Gobierno, permitirá a los ahorristas poner en blanco sus divisas en efectivo hasta el 31 de octubre.
El blanqueo de capitales suele verse como una herramienta para que los grandes empresarios declaren dinero y bienes alojados en paraísos fiscales del exterior. Pero existe una vertiente local que también es importante. La Adminsitración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) sabe que muchos pequeños ahorristas y empresarios dolarizaron buena parte de sus ingresos de los últimos años y los pusieron debajo del colchón y en cajas de seguridad.
Buena parte de ese dinero en efectivo no se declaró. Por eso, la AFIP inducirá a las personas físicas y jurídicas a que ingresen al blanqueo. ¿Como? Enviará mensajes a través de la web de la AFIP. Cuando el usuario ingrese a hacer algún trámite, el organismo fiscal le comunicará su “sospecha” de que tiene dinero sin declarar.
Blanquear el efectivo no tendrá costo de ingreso hasta los $ 305.000 pesos. Costará un 5% del total hasta los $ 800.000 y un 10% a partir de los $ 800.000. El dinero deberá inmobilizarse durante seis meses en una caja de ahorro especialmente creada para exteriorizar el capital. También podrá optarse por adquirir títulos públicos, que no podrán venderse en el mercado por un determinado período de tiempo y rendirán un interés.
Al blanquearse el patrimonio quedará sujeto al impuesto a las Ganancias, a Bienes Personales y a los otros tributos que lo alcancen.
