Un año del asesinato de Pablo Achingo

El de hoy no es un día fácil de atravesar para la familia del sindicalista posadeño Pablo Sabino Achingo (58). Es que hace exactamente un año fue asesinado por un grupo de delincuentes que lo golpeó y prendió fuego después de que se resistiera a un robo que, se cree, estuvo planificado de antemano.

Fue un crimen que generó mucho impacto en Misiones, no sólo por la exposición pública que tenía a instancias de su tarea sindical en el ámbito mercantil, sino por la secuencia criminal que la investigación dejó al descubierto y, en paralelo, mandó a prisión a los sospechosos, que hasta la actualidad permanecen privados de la libertad a pesar de una serie de desesperados intentos por mostrarse inocentes.

“Pasó todo tan rápido, pero con entereza vamos pasar este día. La investigación sigue su curso, no se detuvo, aunque los tiempos muchas veces no son los esperados”, dijo el hijo de la víctima, Pablo Sebastián Achingo, al programa radial Acá te lo contamos por Radioactiva 100.7.

En ese contexto, agregó que “toda la familia sigue dolida, pero entendemos que lleva tiempo, que no es algo sencillo debido a que son muchos los involucrados. Por ahora nos queda estar atentos a lo que ocurre, cómo se van dando los pasos procesales relacionados a los acusados detenidos, aunque debo aclarar que estamos conformes con la manera en que se está desarrollando el proceso”.

Cinco sospechosos presos
De acuerdo a la investigación encarada desde las horas posteriores al crimen por expertos de la Dirección Homicidios de la Policía de Misiones y de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic) del Poder Judicial, el grupo que perpetró el ataque mortal estaría compuesto por la trabajadora sexual Camila L. (20), conocida en el ambiente nocturno como Cami y sindicada de haber actuado como entregadora, además de cuatro hombres: los hermanos Elio O. (28) -acusado como cabecilla- y Marcelo O. (30), Pedro R. (28) y Jonathan H. (25).

Formarían parte de una presunta banda vinculada a la prostitución, dedicada a robar a clientes que eran marcados por su condición económica. La pesquisa marcó que Achingo fue una de esas víctimas, pero contrario a dejarse robar, se habría resistido y en consecuencia con eso los hasta ese momento ladrones se convirtieron en asesinos.

“El hecho de que los investigadores se hayan movido rápido nos deja bastante tranquilos, aunque hasta obtener un veredicto no vamos a sentir que hubo justicia. De igual forma entendemos que se está trabajando mucho para ponerle un punto final en un tiempo prudencial y me refiero a que la causa llegue finalmente al debate oral donde los acusados sean condenados”, manifestó el hijo de la víctima.

La reconstrucción de los investigadores en base a los allanamientos, testimonios y pericias habría permitido inferir que en una casa ubicada sobre la avenida Santa Cruz, Achingo llegó manejando su automóvil Renault Fluence en compañía de Cami. En ese sitio habría sido emboscado por el grupo y golpeado al negarse a entregar dinero además de un reloj importado. Su cuerpo agonizante fue abandonado en el cruce de las calles 82 y 127 de la chacra 130, donde murió, en tanto que en el acceso Oeste prendieron fuego su coche.

“Cuesta entender por qué hicieron lo que hicieron, por qué con esa saña demencial. Por ese lado no tenemos respuestas, más allá de suponer que estaban pasados de vueltas con la droga y mi papá cayó en sus manos, lamentablemente, como pudo haber sido otro”, dijo Pablo Sebastián.

En la residencia, los peritos científicos y químicos encontraron vestigios de sangre que marcaron la demencial violencia con la que habrían actuado. También detectaron rastros genéticos en un Citröen C4 y en un Volkswagen Suran que habrían sido utilizados para transportar el cuerpo del hombre e incluso, en el último estaba la presunta arma homicida (garrote para medir la presión de los neumáticos) y ropa ensangrentada que fueron sometidas a pericias para determinar si había compatibilidad genética con los acusados. El resultado fue negativo.

ADN no compatible
De acuerdo a las fuentes consultadas por este matutino, sobre el cuerpo de víctima apareció un patrón genético distinto al de los sospechosos, es decir que no es compatible con ninguno de ellos, lo que abre la hipótesis de un presunto criminal suelto.

“Esperamos saber en lo inmediato de quién es el ADN encontrado, no coincidente con el patrón genético de los detenidos, por que eso quiere decir que existe en libertad alguien que estuvo involucrado. Pedimos que lo encuentren pronto para poder cerrar ese círculo”, añadió Achingo (h).

El voluminoso expediente está actualmente en la Cámara de Apelaciones, a la espera de que se resuelva un planteo referido a la excarcelación de los hermanos imputados, denegada en primera instancia por el titular del Juzgado de Instrucción Uno, Marcelo Cardozo. Buscando acelerar el proceso, hace pocos días ambos decidieron suturarse la boca con alambres en señal de protesta porque, sostienen, no tienen relación con el homicidio.

En esa línea, fueron excarcelados dos hombres, que igualmente siguen ligados al proceso. Uno de ellos habría viajado en el auto de los sospechosos horas antes del crimen y el otro tenía el teléfono del sindicalista, aunque habría podido probar cómo llegó a sus manos.