El uso habitual de quitaesmaltes con acetona o de productos de limpieza sin guantes puede afectar las uñas volviéndolas quebradizas. Algunas medidas de autocuidado son efectivas para fortalecerlas, pero si luego de implementarlas durante un tiempo no se ven mejorías se recomienda consultar al médico porque pueden estar relacionadas con algún problema de salud subyacente.
Las uñas son parte de la piel. Están compuestas por capas de queratina y crecen desde la base ungueal que está debajo de la cutícula. A medida que las nuevas células crecen, las viejas se endurecen. Que sean lisas es signo de que están sanas, ya que no deben ser rugosas ni presentar grietas, tampoco manchas ni estar decoloradas.
La exposición a ciertos productos o a determinadas situaciones pueden desgastarlas, volviéndolas débiles o quebradizas. Algunas de estos factores son: el uso regular de quitaesmalte con acetona, la repetida exposición a temperaturas muy calientes o muy frías, el contacto frecuente con sustancias químicas (como detergentes y productos de limpieza) y el mantenerlas sumergidas en agua durante tiempo prolongado.
Para fortalecerlas, Dawn Davis, dermatóloga de la prestigiosa Clínica Mayo (Estados Unidos), ofrece una serie de consejos:
-Trátelas con la mayor suavidad posible
-Póngase guantes para lavar los platos o usar productos de limpieza.
-Si usa removedor de esmalte, elija uno que no contenga acetona.
-Aplíquese a diario humectante en las uñas y las cutículas.
-Además, aplicarse un producto para endurecer las uñas puede ayudar a hacerlas más resistentes a quebrarse o partirse, y las vuelve más fuertes”.
La debilidad en las uñas puede, en ocasiones, responder a una infección. Para evitar que crezcan bacterias debajo de ellas, la especialista recomienda mantenerlas limpias y secas, no morderlas, ni quitar las cutículas (“eso puede lesionar el lecho ungueal y permitir el ingreso de bacterias y hongos, provocando una infección”). Los padastros -en caso de que los hubiere- deben ser cortados con cuidado porque se corre el riesgo de arrancar tejido vivo junto con ellos y causar un daño que aumente las chances de sufrir una infección.
Davis aconseja también mantener las uñas de las manos muy bien cortadas y redondeadas con una suave curva en la punta. En caso de hacerse la manicura, acudir a centros y profesionales especializados que sean rigurosos en la esterilización del instrumental. E insiste: “No permita que le corten las cutículas durante la manicura, porque eso puede conducir a una infección de la uña”.
Si luego de un mes de aplicar estas técnicas no se ven resultados, o si los problemas de las uñas parecieran estar relacionados con otros síntomas, la dermatóloga aconseja consultar a un profesional.
“Según su historial médico y salud general, entre otros factores, el médico puede realizarle una evaluación más exhaustiva para ver si las uñas quebradizas se relacionan con otro problema subyacente. Por ejemplo, algunos cambios en las uñas pueden apuntar hacia un trastorno de la piel que también afecta las uñas, entre ellos: la psoriasis que es un trastorno común de la piel que provoca acumulación de las células dérmicas; el líquen plano que es una afección inflamatoria capaz de afectar la piel; y la dermatitis que es otro trastorno inflamatorio de la piel. Estos son apenas unos ejemplos y todos pueden aparecer en las uñas”, concluyó.