Una buena alimentación previene 8 de cada 10 enfermedades crónicas

Una correcta nutrición y la práctica de ejercicio reduce factores de riesgo para patologías cardiovasculares, ACV, diabetes y cáncer.

Con el desarrollo tecnológico y científico de los últimos años, se ha podido estudiar cuál es el papel que cumplen los diferentes nutrientes sobre la salud y la enfermedad del individuo.

Actualmente coexisten deficiencias nutricionales con exceso de energía pero de baja calidad nutricional, conocidas como calorías vacías que son alimentos con aporte energético pero con bajo aporte o nulo de micronutrientes, es decir, de vitaminas y minerales.

En cierto punto esta situación es causada por la inaccesibilidad a alimentos de buena calidad de los sectores más pobres. Así vemos una tendencia creciente hacia lo que, en la actualidad, constituye el principal problema nutricional en la salud pública: el desarrollo de las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT).

La diabetes, el sobrepeso y la obesidad, las enfermedades vasculares (como la hipertensión, los eventos cardiovasculares y ACV) y diferentes tipos de cáncer son ECNT que han aumentado en los últimos años en nuestro país. De hecho, según las últimas publicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), representan el 80% del total de muertes.

A pesar de este escenario desalentador, estas enfermedades son prevenibles en gran medida. Se estima que, en caso de eliminar los principales factores de riesgo, ocho de cada 10 enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y diabetes tipo 2 podrían evitarse, como así también un 40% de los cánceres. El desarrollo de la mayoría de estas enfermedades están vinculadas con malos hábitos alimentarios, con inactividad física y con el consumo de tabaco, por lo que en los últimos años se ha puesto en marcha campañas de salud pública en donde se pone énfasis en tratar de modificarlos.

La última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo para Enfermedades No Transmisibles realizada en nuestro país reveló que:

  • 1 de cada 10 personas presenta diabetes
  • 6 de cada 10 argentinos tiene sobrepeso u obesidad
  • 3 de cada 10 personas tienen hipertensión

En Argentina, de acuerdo a los resultados de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS), se advierte la presencia de situaciones de inadecuación nutricional en todas las clases sociales. La calidad de la dieta de adultos, niños y adolescentes es pobre, marcadamente monótona y de baja densidad de nutrientes en todos los niveles socioeconómicos.

Para estar bien nutrido se debe comer en forma equilibrada todo tipo de alimentos que aporten los nutrientes necesarios para el correcto funcionamiento del organismo (hidratos de carbono, proteínas, grasas, agua, vitaminas y minerales).

También es importante la variedad. Cuanto más variada sea la alimentación, más fácil y rápido se obtendrán todos los nutrientes que el cuerpo necesita. Es importante recordar que no todos los alimentos tienen igual valor nutritivo. Por ejemplo la leche no tiene el mismo valor nutricional que el yogur, por su composición química.

El estilo de vida es cada vez más sedentario, favorecido por los avances de la urbanización y tecnología y donde la oferta de productos procesados es cada vez mayor, se hace cada vez más difícil seleccionar alimentos que sean beneficiosos para la salud. Es por esto que en el año 2016 se desarrollaron las nuevas Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA).

Al analizar el cambio epidemiológico de los últimos años, los hidratos de carbono fueron desplazados de la base de la tradicional pirámide de alimentos por las frutas y verduras, para de esta forma poder cubrir las raciones recomendadas por las organizaciones internacionales.

Para lograr una alimentación completa, variada y equilibrada se recomienda realizar 4 comidas al día (desayuno, almuerzo, merienda y cena). A la hora de seleccionar los alimentos de las diferentes comidas del día, se debe hacer énfasis no solo en el aporte calórico, sino también en la calidad nutricional de los alimentos. Para ello deberíamos elegir alimentos ricos en nutrientes: por ejemplo vitamina A, B, C, hierro, calcio, zinc.

Proteínas de buena calidad

Las proteínas son macronutrientes relacionados fundamentalmente con el crecimiento, desarrollo y reparación de músculos y tejidos. La cantidad de proteínas que se necesitan por día dependen de la edad y peso de la persona como del deporte que realice.

No todas las proteínas tienen el mismo valor biológico, es decir, que no todas tienen la misma calidad. Se pueden dividir en dos:

Las de alta calidad: las del huevo, las carnes y lácteos. Todas las carnes, además de proteínas, nos aportan hierro.

Es por ello que en las alimentaciones vegetarianas se recomienda la combinación de legumbres con cereales o con semillas para solucionar este problema.

El pescado es un alimento rico en ácidos grasos omega 3. Existe amplia evidencia científica que demuestra que el consumo de este tipo de ácido graso ayuda a reducir los triglicéridos, tiene efectos antiinflamatorios y ayuda a prevenir las enfermedades del corazón. Es por ello que las Guías Alimentarias recomiendan consumirlo dos veces en la semana.

De menor calidad: la de los cereales, verduras y frutas.

Hidratos de carbono

Son nuestra mejor fuente de energía. Pequeñas cantidades aportan mucha energía.

En este grupo de alimentos incluimos a las pastas, las harinas y sus derivados, el arroz y las legumbres entre otros alimentos. Se deben comer en cantidades moderadas, pero no excluirlos de la alimentación habitual.

Los productos integrales conservan la cáscara de los granos del cereal aportando mayor cantidad fibra y vitamina B.

Alimentos lácteos

Son necesarios en todas las edades. Son nuestra fuente principal de calcio, un mineral imprescindible para formar y mantener la estructura de huesos y dientes. También contienen proteínas de buena calidad, y vitaminas A y D.

Es bueno consumir todos los días leche (fluida o en polvo), yogures o quesos. Además de usar en el desayuno también se pueden incluir en preparaciones como postres, salsas blancas, agregar a purés y otras comidas.

Actividad física

Otros de los pilares importantes para llevar un estilo de vida saludable es la actividad física. La evidencia científica demuestra que el sedentarismo tiene un impacto negativo sobre la salud y también contribuye, en forma determinante, en el desarrollo de las enfermedades crónicas no transmisibles.

La promoción de la actividad física debe ser impulsada en las diferentes etapas de la vida, desde la temprana edad hasta la vejez.