Una fashion blogger inglesa de 28 años logró lo que parecía imposible: que le pagen 76.500 euros por un vestido de novia usado, 33 veces más de lo que había gastado al momento de su boda.
Como las ofertas no llovieron, se le ocurrió ponerle un poquito más de picante con frase como “Si querés un vestido lleno de malos recuerdos y esperanzas y sueños rotos, éste es el tuyo”, “no he tenido tiempo de llevarlo a la tintorería antes de que el mentiroso y basura de mi marido me llamara para terminar el matrimonio” o “está en excelente estado, pero necesita un buen lavado en seco antes de usar para eliminar el olor a traición”.
Wragg se casó hace dos años, pero poco tiempo después su marido la engañó con otra y a principios de 2016 la dejó.
Luego de levantar el tono de su aviso de venta, las mujeres se desesperaron por comprarlo. Hubo 75 ofertas por el vestido, que se terminó vendiendo en 76.500 euros (el precio inical era de 581 euros). Lo que se dice: una subasta vengativa.
