Leoncio González volvía de cenar junto a su mujer por la zona de avenida Quaranta, casi Santa Catalina, en Misiones, cuando se convirtieron en testigos ocasionales de un accidente fatal. Como otras veces, el hombre sacó una foto para compartir en las redes sociales. No imaginaba el terrible llamado que recibiría apenas unas horas más tarde.
El tránsito estaba cortado, ellos cruzaron como pudieron sin saber quién era el motociclista que había sido atropellado por una adolescente de 15 años que manejaba un Mini Cooper. Poco después de que llegaran a su casa, los llamaron de la Comisaría. Era la peor noticia: la víctima del accidente era su hijo.
“El padre que le regaló el auto a su hija es un criminal y tiene que estar detenido”, manifestó Pedro González, el papá de la víctima, y agregó: “Ella es inimputable pero le regaló una hermosa arma para que ocurriera esto”, “Me dejó sin un hijo. ¿Cómo repara el daño que causó?”.
El domingo a la noche Juan Francisco González salió del taller donde trabajaba y emprendió el camino para volver a su casa en su moto, una Gilera 110 centímetros cúbicos. Lo esperaban su esposa y una beba de dos años. Nunca llegó.
