Una de las operaciones de lavado que confesó Leonardo Fariña en su carácter de arrepentido acaba de ser confirmada por la Justicia: directivos de la financiera Provalor aparecen involucrados en giros de plata negra de Lázaro Báez descubiertos en Panamá y realizados, a través de “La Rosadita”, entre octubre del 2011 y fines del 2012. Luego de recibir un trabajo de la Unidad de Información Financiera (UIF) con los detalles de esas millonarias transferencias bancarias que salieron de la Argentina, pasaron por Panamá y terminaron en Suiza, el juez federal Sebasitán Casanello mandó un exhortó a la justicia panameña para tener la confirmación formal en la causa de la ruta del dinero K. Las operaciones consignadas en el exhorto suman en total unos 34 millones de dólares, algunas eran conocidas otros no.
Los detalles descubiertos -por primera vez aparecen números de cuentas- complican la situación procesal de los cuatro hijos de Báez que ya fueron indagados pero aún el juez no resolvió si los procesa, sobresee o les dicta la falta de mérito. Mientras tanto, la fiscalía suiza informó que la respuesta a un exhorto de Casanello de agosto pasado “está en curso de ejecución”.
Por suerte para el avance de la investigación, a diferencia de lo que pasaba en los tiempos del ex canciller Héctor Timerman quien retrasaba la cooperación judicial internacional en este caso, la Cancillería recibio el exhortó el lunes “y el mismo día lo giró a Panamá”, informaron fuentes oficiales a Clarín.
Una de la piezas clave de esta telaraña de empresas offshore es Teegan Inc., creada en Bélice, pero manejada desde Panamá y que tiene a Martín Báez como apoderado.
En el exhorto, revelaron a Clarín fuentes judiciales y gubernamentales, se señala que los beneficiarios finales de Teegan en el 2008 cuando fuera constituída eran los argentinos “José Alex Ariel Fallas y José Sebastián Jabbaz” y que posteriormente Martín Báez pasó a ser su apoderado. Fallas y Jabbaz aparecen como socios fundadores de Provalor. En su confesión de abril pasado, el ex valijero dijo que la plata que traían desde Río Gallegos en camionetas hasta “La Rosadita” y luego la llevaban a las financieras o agentes de bolsa como Provalor, Maguitur, Turimar, Pasamar, Forex Cambio, Santiago Punturo y Santiago Carradori, entre otros. En su confesión, Fariña dio una cátedra de cómo se fuga la plata negra al exterior. Desde esas “cuevas”, luego, hacían transacciones electrónicas trianguladas para ocultar el origen del dinero. Ahora se sabe que la cuenta de Teegan está en el Credicorp Bank de Panamá bajo el número 4010182454. La cueva financiera “La Rosadita” estuvo en manos de Federico Elaskar hasta mediados del 2011 cuando la compró el entorno de Báez a través de Helvetic Services Group.
En esa sofisticada red de empresas fantasma internacionales, armadas por los estudios panameños Mossack y Fonseca o Icaza, Gonzalez Ruiz & Aleman, otra que aparece es Tyndall Limited que tiene como beneficiarios finales al contador y al abogado de Báez, Daniel Pérez Gadín y Jorge Chueco, respectivamente, quienes también están procesados y detenidos en Ezeiza. A su vez, Pérez Gadín figura como presidente de la fundación Kinsky que tiene como beneficiarios finales a Martín, Leandro, Luciana y Melina Báez. Entre los accionistas de Kinsky aparece National Founders Inc.
Otra pieza de la red es Fromental Corporation que tiene como director a Pérez Gadín y como beneficiarios finales a los cuatro hijos de Báez. En territorio panameño también se creó Redwood Associates que tiene como beneficiario final al presidente de Peñarol de Uruguay y titular de un estudio jurídico, Juan Pedro Damiani, quien pidió a Mossack Fonseca la creación de 128 offshore en Las Vegas, EE.UU., armadas a solicitud de la suiza Helvetic Services Group que dirige el argentino Néstor Ramos, y que maneja la empresa madre Aldyne de las islas Seychelles. A mediados del 2013, la entonces presidenta Cristina Kirchner hizo una sospechosa escala técnica de su vuelo en esas islas del océano Indico al regresar de una gira que incluyó Vietnam.
El mecanismo de esta telaraña de empresa queda claro por el mandato que recibió Helvetic de parte de la fundación Kinsky para depositar 20 millones de dólares de Austral y 5 millones de la “petrolera” Epsur en la cuenta 608936/402000840 del banco Safra Bank de Ginebra. Epsur, una de las petroleras de Báez, prácticamente no perforó un solo pozo en Santa Cruz. Otra vía de la salida de la plata negra fue una cuenta de Tyndall, la número 511481 del banco Lombard Odier & CIE de Ginebra. Desde la cuenta de Teegan, Martín Báez, giró, al menos, 699.850 dólares. Otro movimiento financiero sospechoso de 3.300.000 dólares y manejado en forma similar se hizo a través de la offshore Redwood Associates con una cuenta radicada en el banco LGT Bank de Vaduz, Liechtenstein, a nombre de Helvetic y con plata que sería del constructor argentino Carlos Wagner y otra en el Citibank de Ginebra. Wagner compartió alguna obra pública con Báez pero luego se pelearon.
Desde las cuentas de los Báez en Suiza se repatrió, a fines del 2012, 33 millones de dólares. Los trajo Helvetic que compró títulos de la deuda argentina y luego los liquidó en el Mercado de Valores de Rosario. Con la ganancia de la venta, Chueco firmó nueve cheques que fueron depositados en la cuenta de Austral en el Banco de la Nación. Así para el juez “se terminó de culminar el ciclo del blanqueo”.
Por: Daniel Santoro