Podrían detectar cáncer de sangre a través de una prueba y salvarle la vida a muchas personas

Se trata de exámenes que pueden realizarse mediante análisis rutinarios en pacientes que no presentan síntomas.

El Centro de Cáncer Gibbs, un hospital regional de Carolina del Sur en Estados Unidos, recibe a diario a voluntarios que se acercan a donar sangre a cambio de una gift card. Pero eso no es lo más importante, sino su valioso aporte para ayudar a precisar si un nuevo análisis de sangre colaboraría con la detección temprana del cáncer.

En ese sentido, la empresa estadounidense Grial inició el proyecto en 2016. Buscan demostrar que la cura para la mayoría de esta clase de tumores no se logra mediante el suministro de medicamentos sino a través de pruebas que lo identifiquen cuando aún pueda ser tratado en su etapa inicial. Para ello, se pretende emplear la secuenciación de ADN de “alta intensidad” para obtener muestras de sangre y hallar material genético liberado por tumores ocultos.
En este marco, comenzaron a recolectar muestras de sangre de unos 7.000 pacientes en diferentes hospitales y centros de salud del país para intentar el desarrollo de una prueba que llegue para equiparar los resultados de las mamografías. Para ello, se están buscando 120.000 mujeres que proporcionen muestras de sangre mientras se someten a estas radiografías de pecho.

Según diferentes estadísticas con las que cuenta Grial, unas 650 de esas mujeres podrían contraer cáncer de mama en un lapso de tiempo que no supere el año a partir de la realización del estudio. A través de este dato, lo que se buscará es ratificar si una prueba de ADN puede “predecir” el cáncer a partir de una simple y rutinaria sustracción de sangre.
Las pruebas de detección que se están desarrollando, de todas formas, también tienen sus desventajas por la posible aparición de falsas alarmas o de un diagnóstico que genere un tratamiento inncesario. “El gran problema con esta tecnología no es detectar el cáncer sino distinguir cuáles deben ser tratados”, consideró la consejera genética y profesora de la Universidad Sarah Lawrence, Laura Hercher.

La empresa que encabeza las investigaciones está a cargo de Jeff Huber, un antiguo ejecutivo de software de Google que perdió a su esposa a causa de un cáncer colorrectal. Huber cree que la prueba en la que trabaja su compañía podría haber salvado a su esposa. “Las cosas no suceden por algún motivo. Pero a menudo suceden porque nadie ha encontrado una manera mejor”, aseguró.
El primer éxito de este método se concretó en 2011, luego de que varias empresas lanzaran diferentes pruebas prenatales no invasivas para analizar la sangre de la mujer embarazada y hallar fragmentos de ADN en el feto. Se trata de procedimientos rápidos y precisos que se convirtieron en una posibilidad para que los futuros padres puedan saber de antemano si su hijo tiene Síndrome de Down o algún otro tipo de trastorno genético.