Otitis: Cómo detectarla al aplicar la maniobra de Bachert

Es más frecuente en los niños por el mayor contacto con el agua. Escribe Stella Maris Cuevas.

La otitis externa conocida también con el nombre otitis del nadador u otitis de pileta, es una de las afecciones otorrinolaringológicas más frecuentes del verano. No se trata de una patología grave pero sí molesta, que impide disfrutar de estos días de tanto calor, donde la pileta, el mar, el río o una laguna hacen que el verano sea más placentero. Representa entre un 10 a un 15% de la consulta médica, aunque hay ciertos exámenes básicos, como la maniobra de Bachert, que hasta pueden realizar los propios padres para su detección.

El síntoma más característico es el malestar, que se limita al conducto auditivo externo, canal que transporta el sonido del exterior del cuerpo. Sus signos son el enrojecimiento de la piel que recubre el conducto llamado eritema y la inflamación del mismo, a punto tal que en algunas oportunidades puede cerrarse por la hinchazón y afectar de esta manera la audición.

Se trata entonces de una infección de la piel, que por lo general ocurre en los niños que pasan mucho más tiempo sumergidos en el agua. Si hay mucha humedad en ese conducto externo, el mismo se puede irritar produciéndose una maceración de la piel, es decir, se abre la piel porque se reblandece y por la humedad se pierde la capa protectora de la misma, e ingresan de este modo bacterias.

El cuadro se podría iniciar también sólo con picazón, donde el paciente siente la necesidad vigorosa de calmar esa molestia, para lo que muchas veces introduce algún elemento como por ejemplo palillos o llaves, hábito que además está muy extendido para extraer cera. Pero esto podría producir algún daño por lo que se desaconseja del mismo modo que el lavado del conducto de manera excesiva con agua o peor aún con jabón, porque se eliminaría una capa protectora de la piel.

Quiénes son más propensos

Pueden existir personas con cierta predisposición a padecer otitis externa si alguna vez padecieron otra afección. Algunos de estos cuadros son:

Cómo detectarla

Muchas veces el malestar se transforma en dolor intenso, que se produce por la inflamación del cartílago y se conoce con el nombre de otodinia, algunas veces puede estar acompañado por fiebre, y por secreciones delgadas proveniente del conducto.

Ante este cuadro se solicita concurrir siempre al médico y no acceder a la automedicación ya que es el profesional médico quien luego del interrogatorio, realizará un examen externo y con una simple maniobra puede orientar su diagnóstico. La misma puede ser hecha también por los padres ya que consiste en presionar el trago del pabellón auricular, conocida con el nombre de Maniobra de Bachert.

Pero hay que tener en cuenta que en muchas oportunidades ante el dolor, el niño ni siquiera permite la realización de dicha maniobra. Si el más mínimo roce por ejemplo con la almohada le despierta molestia o dolor, esto permite diferenciar este cuadro con otra patología como es la otitis media, en la cual si bien hay dolor ésta no aumenta al presionar, tocar o rozar la oreja.

Además se deben revisar los ganglios porque pueden estar aumentados de tamaño. Y posteriormente realizar el examen otoscópico el cual brindará la imagen de enrojecimiento y de inflamación antes mencionada.

Se recomienda cumplir estrictamente con las indicaciones implementadas para el tratamiento. Si el conducto está muy inflamado es muy posible que se deban indicar gotas locales para bajar el edema, y además podría ser necesario el tratamiento general con antibióticos y ante el dolor intenso la indicación de corticoides vía oral. Asimismo, durante los días que dura el tratamiento hay que evitar la entrada de agua al conducto auditivo externo.

Que pueda contraerse esta afección no significa renunciar al agua. Después de la natación, secá bien el conducto auditivo externo o colocá gotas acidificantes para su prevención y así se puede seguir disfrutando del verano.

Por Stella Maris Cuevas