Lo asesinaron a los 4 años, y tres décadas después podrían resolver el caso

El caso, ocurrido en 1984, conmocionó a Francia. Ahora, la Justicia apunta a una tía abuela del chico.

En 1984, el asesinato del pequeño Grégory, un nene de cuatro años, conmocionó a Francia. Ahora, más de tres décadas después, el caso parece estar cerca de resolverse con una conclusión también escalofriante: su tía abuela fue acusada de secuestro seguido de muerte.

Jacqueline Jacob tiene 85 años y es tía del padre del niño. Hoy abandonó el tribunal de Dijon, en el este de Francia, escoltada por varios gendarmes. Allí escuchó la imputación y también el pedido de imputación de la fiscalía general contra su esposo, Marcel Jacob, por secuestro. La policía había detenido el miércoles a una cuñada del padre del niño, Ginette Villemin, antes de liberarla al día siguiente, y los agentes también interrogaron a los abuelos paternos de Grégory como testigos.

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El cadáver del “pequeño Grégory”, como se bautizó inmediatamente al caso, fue encontrado la noche del 16 de octubre de 1984, atado de pies y manos en las frías aguas del río Vologne, en la región de los Vosgos (noreste de Francia). En su cuerpo no había señales de violencia.

El hallazgo marcó el comienzo de un caso sin culpable claro ni móvil aparente, que tuvo en vilo a Francia durante mucho tiempo. La investigación se reabrió en 1999 y luego en 2008. Hasta la fecha se tomaron más de 400 muestras de ADN, se interrogó al menos a un centenar de potenciales testigos y se recibieron casi dos mil mensajes anónimos.

Un primo del padre, Bernard Laroche, fue inculpado y luego liberado a raíz del asesinato. Pero el padre de Grégory, Jean-Marie Villemin, convencido de su culpabilidad, lo mató en 1985 con una escopeta de caza, un crimen por el que estuvo cuatro años en prisión.

El “clan Laroche” vuelve a estar en el centro de la investigación, a raíz de análisis grafológicos de las cartas de amenazas y demás correos enviados por una persona anónima a los padres de Grégory.

Esos nuevos estudios orientaron las sospechas de los investigadores hacia Jacqueline Jacob. En otra carta recibida por los padres de la víctima, se hacía referencia a una venganza. Esa es la misiva que más interesa a la policía.