Kim Kardashian siempre va por más. Cuando ya muchos de sus fanáticos y detractores se acostumbraron a las dosis exageradas de transparencias y los escotes pronunciados, redobló su apuesta.
La muestra de ello son los looks que lució orgullosa en la última Semana de la Moda de París y que causaron revuelo entre las asistentes a los desfiles y seguidores de las redes (por supuesto, con una catarata de comentarios al pie de cada posteo).
Una de las fotos que más circuló y que impulsó las críticas fue la que aparece con el torso desnudo, medias de red y un jean abierto. El comentario a renglón seguido fue Parisian Vibes (rollo parisino). La foto solo en un día tuvo más de 17.700 comentarios. Muchos, nada elogiosos.
Estas críticas, desde ya, no la amedrentaron. A los pocos días, irrumpió con su mamá, Kris Jenner, y su hermana, Kourtney, en el desfile de Balmain con un vestido ultra ajustado gris con una trama abierta y que dejó su físico totalmente expuesto. Un detalle a su favor: la ropa interior color nude diluyó bastante el impacto.
Y, sin cambiar de estilo, acaparó la atención en una nueva aparición. En esa oportunidad, con un body negro de encaje ultra escotado y un pantalón deportivo abierto en los laterales. También dio que hablar el conjunto compuesto por un top que parecía a punto de estallar y un pantalón de tiro alto con transparencias en las rodillas.
¿Desastre o acierto? Cada una tendrá su propia opinión. Pero no quedan dudas de que Kim no tiene complejos con sus curvas y redondeces y que disfruta al máximo de las controversias.
