La ciudad de Gualeguaychú amaneció sacudida con la noticia: una chica de 19 años confesó haber matado de dos balazos a su exnovio, con el arma reglamentaria de su papá, después de haber compartido en las redes sociales una postal de su amor. Nahir Galarza es hija de un policía y quedó detenida en el área de psiquiatría de un hospital de Entre Ríos. Antes de entregarse, la joven había subido una historia a Instagram con la víctima y una leyenda que decía “te amo para siempre”.
Este viernes la joven fue con su papá y un abogado a la comisaría y le dijo al fiscal Lisandro Beherán que había asesinado a Fernando Pastorizzo, de 21 años. Según trascendió, la chica relató que había pasado la noche con su ex en su casa, que después fueron a andar en moto y que -por razones que todavía no se conocen- le dio dos disparos en el pecho.
“Fui yo, quítenle responsabilidad a mi padre y a mi familia”, suplicó la sospechosa según informó su abogado, Víctor Rebossio. En conversación con Radio Máxima de Gualeguaychú, el defensor aseguró que pudo “palpitar la tristeza que tenía el policía cuando entregó a su hija”. “Están dispuestos a enfrentar todo lo que está por venir”, agregó.
Rebossio explicó que Nahir, estudiante de Abogacía de la Universidad de Concepción del Uruguay (UCU), fue internada tras la confesión porque no está en buen estado de salud “sobre todo psíquico”. El abogado señaló que la chica no tiene antecedentes penales y que tiene miedo de que, si declara, “esté bajo los efectos de algún tipo de violencia o alteración mental provocada por hechos externos, que podrían repercutir en la posible aplicación de la pena”.
Galarza fue trasladada a la sala 6 de Psiquiatría del Hospital Centenario, en estado de shock. Una vez que se recupere, se hará la audiencia de prisión preventiva y quedará alojada en la Comisaría del Menor y la Mujer.
El hecho se conoció el viernes alrededor de las 5, cuando el chico fue encontrado muerto al lado de su moto. Automáticamente se descartó que se hubiera tratado de un robo porque sus pertenencias estaban intactas.
Según los primeros datos de investigación, el joven recibió dos disparos que salieron de una pistola calibre 9 milímetros. Los investigadores también encontraron una vaina servida y un proyectil sin usar que coinciden con esa arma. Además, pudieron confirmar que los tiros se hicieron a poca distancia.
El asesinato se efectuó en la calle General Paz al 300. Un remisero que pasaba por el lugar contó que vio el cuerpo tirado con la cara cubierta de sangre y “otra persona agachada que supuestamente lo estaba ayudando”. El hombre explicó que, después de dejar a un pasajero, volvió al lugar y encontró a la víctima en estado de agonía.
“La persona que había visto primero junto al muchacho caído ya no estaba, pero al lado de la moto había dos cascos. La ambulancia tardó alrededor de media hora en llegar, por lo que la víctima finalmente murió en el lugar”, concluyó.