Grandes problemas que enfrenta la ciencia

Una revista especializada realizó una encuesta a 270 científicos para conocer su opinión acerca de las mayores dificultades que se presentan en su trabajo

Diariamente el lector se topa en las secciones científicas de revistas o portales de noticias con nuevos descubrimientos reveladores sobre las más variadas disciplinas. La mayoría de esos hallazgos curiosos o innovadores, que rompen con los esquemas establecidos hasta entonces, provienen de publicaciones especializadas. Esos resultados -y muchos otros que nunca ven la luz- tienen detrás años de esfuerzo y trabajo duro que suele pasar desapercibido.

“Si pudieras cambiar una cosa de tu trabajo, ¿cuál sería?”, esa fue la pregunta que la revista especializada Vox buscó responder en una encuesta masiva realizada a 270 científicos y, luego de analizar todas las respuestas, encontraron los siete obstáculos que más se repitieron.

Cualquier investigación requiere dinero para salir adelante. Tanto para la ejecución de los estudios como para subvencionar el equipo de laboratorio y pagar los salarios de sus ayudantes. La dificultad que apareció con mayor frecuencia entre los encuestados fue la financiación.

  1. Financiación

El problema no se circunscribe a la cantidad de dinero -por cierto escasa-, sino también a la forma de repartición que ejerce una presión enorme sobre los laboratorios para publicar más investigaciones de las que pueden abarcar. De ese modo, los científicos trabajan a deshoras para cubrir esa necesidad. “La competencia feroz conduce a los líderes de los grupos de trabajo a obtener dinero desesperadamente sólo para evitar el cierre de sus laboratorios. Por eso, necesitan presentar más propuestas, saturando así el sistema de concesión aún más. Es un círculo vicioso”, comentó el estudiante de doctorado Maximilian Press, uno de los encuestados.

2. Muchos estudios están mal diseñados

El diseño ejemplar de los estudios muchas veces choca contra la posibilidad de conseguir resultados reveladores. “Los resultados emocionantes son más publicables que otros tipos”, apuntó Brian Nosek, cofundador del Centro de Ciencia Abierta de la Universidad de Virginia.
Los científicos son juzgados por la investigación que publican y la presión los empuja a dar con resultados llamativos para, de ese modo, lograr un espacio en revistas prestigiosas. Sucede que los resultados “revolucionarios” ocurren muy a menudo, lo que vuelve a los esquemas de investigación manipulables.

3. La revalidación de los estudios es muy poco habitual

La replicación es otro concepto fundamental en la ciencia. Los investigadores toman un estudio antiguo que quieren probar y luego tratan de reproducirlo para comprobar que los hallazgos se mantuvieron o, por el contrario, se modificaron.

El proceso, de acuerdo con los encuestados, no es tan habitual como debería ser ya que los científicos encuentran poca motivación para llevar adelante el duro desafío que implica revalidar las pruebas de un estudio anterior. Incluso, se deriva cada vez más en lo que llaman “crisis de irreproducibilidad”, es decir, la imposibilidad de replicar por falta de pruebas contundentes.

4. El fracaso de la revisión por pares

En el mundo de la ciencia, un investigador propone un artículo para su publicación en una revista a elección. En caso de aceptar, la revista le solicita a otros científicos del mismo campo su revisión, siempre desde el anonimato, para verificar la validez del informe, que dará lugar a la publicación o al rechazo. La revisión por pares busca eliminar la ciencia basura antes de que alcance la imprenta. Sin embargo, una y otra vez en la encuesta, los participantes aseguraron que este proceso falla y no cumple con su objetivo en forma eficaz.

5. Es muy caro el acceso a los artículos

Los precios elevados en las suscripciones de las revistas científicas fue otra de las respuestas más recurrentes. El desgastante proceso de un estudio puede demandar años: desde su inicial financiación, pasando por la investigación y, por último, la revisión. Luego de eso, la realidad es que los informes llegan a muy pocos ojos. Por ejemplo, la lectura de un solo artículo en la prestigiosa publicación Science cuesta unos 30 dólares. Según la opinión de varios científicos, la investigación académica debería ser libre para promover su acceso masivo y no reducirlo a un grupo acotado interesado en la materia.

6. La ciencia se transmite en forma errónea

“Si pudiera cambiar una cosa de la ciencia, cambiaría la forma en que se comunica al público por los científicos, los periodistas y las celebridades”, señaló Clara Malone, una investigadora del laboratorio de genética del cáncer del Hospital Brigham y de la Mujer. No fue la única. Un buen número de los encuestados expresaron su frustración por cómo la ciencia se transmite al público sin ninguna base científica, plagada de afirmaciones exageradas, engañosas o directamente falaces.

7. La vida de un joven científico es muy estresante

En la actualidad, muchos laboratorios dependen de pequeños ejércitos de estudiantes graduados e investigadores postdoctorales para realizar sus experimentos, en especial, el análisis de datos. La mayoría de los estudiantes manifestaron su pasión por la investigación, pero asimismo comentaron que la experiencia del científico en el día a día es agotadora y poco gratificante. Sucede que los laboratorios tienden a contratar jóvenes bajo condiciones de precariedad, expuestos a interminables horas de trabajo.