Fitoterapia para la Menopausia

La Fitoterapia se define como la ciencia que estudia la utilización de los productos de origen vegetal con finalidad terapéutica, bien para prevenir, aliviar o curar un estado patológico dado.

En este sentido, es muy importante la exigencia en los preparados a base de plantas –medicamentos al fin y al cabo– de ciertas características absolutamente imprescindibles tales como la calidad, la seguridad y la eficacia, sin las cuales su uso en terapéutica resultaría acientífico y podría resultar inútil o incluso peligroso.

En los últimos años viene acumulándose una cantidad creciente de evidencias clínicas que sustentan el uso de preparados a base de plantas para el tratamiento de muy diversas afecciones, y concretamente para el abordaje terapéutico de los problemas derivados de la menopausia.

PLANTAS UTILIZADAS PARA EL TRATAMIENTO DE LOS
SÍNTOMAS DE LA MENOPAUSIA

SOJA, TRÉBOL ROJO:
Tanto la soja (Glycine max) como el trébol rojo (Trifolium pratense) son plantas ricas en isoflavonas. Las isoflavonas son moléculas con cierta similitud estructural con los estrógenos, por lo que son capaces de interactuar con los receptores estrogénicos, hecho al que se atribuyen gran parte de sus acciones farmacológicas. De otro lado, presentan además relevantes efectos como inhibidores enzimáticos.
En su estado natural en las plantas, las isoflavonas se encuentran en forma de precursores metoxilados o glucosilados, que luego son transformados a nivel del tubo digestivo en las formas activas, genisteína, daidzeína y gliciteína. A su vez, la daidzeína se metaboliza en muchas personas, pero no en todas, en otro derivado activo, el equol.

Dada su afinidad preferente por los receptores estrogénicos del tipo beta, es de esperar que sus acciones se manifiesten básicamente en aquellos tejidos con una mayor dotación de este tipo de receptores: cerebro, hueso, pared vascular…)
embargo, el grado de afinidad de las isoflavonas es mucho menor que el de los propios estrógenos, siendo la genisteína la más activa en este sentido, seguida por el equol.

Existe una gran cantidad de estudios acerca del efecto de las isoflavonas sobre los sofocos de la menopausia, con resultados muy diversos debido a los distintos diseños utilizados (características de las pacientes, cantidad y tipo de isoflavonas estudiadas, etc).

Sin embargo, en conjunto, los metaanálisis publicados hasta la fecha (1-4) confirman un efecto positivo de grado leve o moderado sobre la frecuencia y/o la intensidad de los sofocos, de menor grado, desde luego, que los obtenidos con la THS, pero que pueden resultar útiles en muchas ocasiones.

Por otra parte, las isoflavonas presentan, tanto en experiencias in vitro como sobre animales de experimentación, in vivo, efectos positivos sobre el recambio óseo, estimulando la formación y reduciendo la reabsorción del hueso. En cuanto a su posible papel para la prevención de la pérdida ósea postmenopáusica, se ha observado un efecto frenador de los marcadores de reabsorción y un efecto estimulante de los marcadores de formación ósea en mujeres menopáusicas, así como una mejoría en las medidas de densidad mineral ósea en columna lumbar en lasconsumidoras de isoflavonas, si bien estos efectos son en general de grado leve, y nose dispone de datos acerca de su posible papel en la prevención de fracturas