El embarazo y sus mitos

A lo largo de los nueve meses que dura un embarazo son muchos los cambios que se producen en el cuerpo de la mujer. Y muchos más son los mitos en torno a él.

¿Qué es verdad y qué mentira? El doctor Lobo, ginecólogo del grupo sanitario Vithas, aclara algunas de las creencias más comunes.

“Tomar el sol hace que salgan manchas en la piel”
Verdadero. A las mujeres embarazadas es normal que les aparezcan manchas en ciertas zonas de la piel. Pueden aparecer en la nariz, los pómulos y la frente y en cualquier zona que esté expuesta al sol, como los antebrazos. Además, las zonas corporales que de por sí tienen una mayor pigmentación, como los pezones o las pecas, se vuelven más oscuras. Una vez más, esto es provocado por los cambios hormonales que estimulan la producción de una mayor cantidad de melanina, la proteína encargada de dar color a la piel, el cabello y los ojos. “Esta afirmación es cierta, así que el uso de protectores solares es fundamental, ya que los rayos solares potencian estos cambios en la pigmentación de la piel” afirma el doctor Lobo. Por lo general, a los pocos meses después del parto, el cuerpo ha vuelto a su normalidad y las manchas han desaparecido por cuenta propia.

“Se te van a caer los dientes”
Falso. De forma contraria a la creencia que se tiene de que el feto obtiene calcio de los dientes de la madre, “esta afirmación no es cierta porque la salud bucodental no se ve afectada hasta el punto de hablar de caída de los dientes”, afirma el doctor Lobo. Es cierto que los cambios en el metabolismo suponen un mayor riesgo de caries y enfermedades de las encías. Sin embargo, una correcta higiene oral y una dieta equilibrada contribuyen a mantener la salud de la cavidad bucal. Los cambios en los horarios de comida y los antojos que llevan a las madres a comer pequeñas cantidades de forma continua suponen una mayor acumulación de placa bacteriana y azúcares. También los vómitos afectan dado que los ácidos estomacales vuelven los dientes más vulnerables a las caries. Los cambios hormonales favorecen la inflamación de las encías. El control de la placa y el sarro y las revisiones en la consulta del dentista servirán para prevenir situaciones extremas, como la caída de las piezas.

“Te va a salir celulitis”
Verdadero. “Esta afirmación es cierta porque el embarazo implica una subida de peso y la acumulación de grasas para el adecuado desarrollo del feto” afirma Lobo. Esto supone una mayor retención de líquido y la aparición de la temida celulitis. Sumando a las disfunciones hormonales y cambios metabólicos el estrés y el sedentarismo, resulta sencillo comprender que el cuerpo tiene una mayor predisposición a la acumulación de grasas. Además, la aparición de la prolactina, la hormona encargada de preparar la lactancia, estimula la formación de células grasas. Siendo conscientes de esto, el doctor Lobo recomienda controlar nuestro peso con visitas mensuales al ginecólogo. “Está estipulado que es conveniente que la madre engorde entre 9 y 12 kilos porque aquellos que superen esa cifra estarán de más y por tanto costará quitarlos y por el riesgo de aumento de la tensión arterial y de los niveles de glucosa que se pueden producir”, afirma el doctor Lobo. Es importante mantener una dieta equilibrada, con mucha agua, alimentos ricos en Omega-3 y poca grasa.

“No puedes comer carne cruda”
Verdadero. Las recomendaciones sobre la carne cruda o poco hecha van siempre en la misma dirección: se debe evitar. “El consumo de carne poco hecha implica el posible contagio con parásitos que no han sido eliminados debido a la poca cocción de la carne” sostiene el doctor Lobo. El ejemplo más claro es la contaminación con toxoplasmosis. Aunque para la madre los síntomas son muy parecidos a los de una gripe, puede conducir a la interrupción del embarazo o la muerte del bebé antes de nacer. Bacterias como la salmonella son también un riesgo si se habla de carnes poco cocinadas. Antes estos motivos, será necesario tener especial cuidado con el almacenamiento de las carnes y su cocción. La verificación de que filetes y similares están bien cocinados por dentro se hace fundamental.

“Las relaciones sexuales hieren al bebé”
Falso. El doctor Lobo sostiene que “si todo va bien y no hay ningún riesgo con el embarazo, la pareja puede mantener relaciones sexuales hasta el final del mismo”. Suelen ser el malestar, el cansancio y lo novedoso de la situación lo que frena a las parejas a la hora de practicar sexo. La situación es bastante opuesta a lo que el mito dicta, ya que durante los dos primeros trimestres de embarazo la madre tiene un mayor deseo sexual y llega más fácilmente al orgasmo. En todo momento el bebé está protegido por la bolsa y el líquido amnióticos y ni sufre con el movimiento, ni llega hasta él el semen, debido a que el cuello del útero permanece cerrado por el tapón mucoso. El único cuidado que ha de tener la pareja será encontrar la postura en que ambos estén cómodos, cambiante a la par que cambia el tamaño del útero de la mujer.