La paternidad y la actividad física podrían ir de la mano. Según un estudio realizado en IVI Bilbao, el ejercicio físico mejora la calidad del semen.
La investigación se realizó con 85 candidatos a donantes de semen quienes realizaron un cuestionario internacional de actividad física (IPAQ), estandarizado internacionalmente y gracias al cual se determinó el grado de actividad física realizada.
Este cuestionario cuantificó la actividad física, asignando a cada actividad una unidad energética denominada MET, como medidor de la actividad física y gasto metabólico, y estableciendo el desgaste energético en función del tiempo empleado en dicha actividad. El recuento total de estas unidades estableció cuatro niveles de actividad física: baja, moderada, alta y muy alta.
Así, la actividad física elevada fue considerada la que se realiza al menos tres días por semana, y entró dentro de un hábito de vida saludable, incluso para intentar prevenir la esterilidad.
Según el doctor Fernando Quintana, director del laboratorio de Andrología de IVI Bilbao, “lo que se desprende del estudio es que la actividad física intensa no solo careció de efectos adversos sobre la calidad seminal, sino que se asoció a mejores parámetros seminales”.
“Al mejorar las condiciones físicas del cuerpo, también mejoran los resultados a nivel seminal. Esto significa que se tienen más espermatozoides, éstos se mueven más y tienen mejor forma. Estos son los tres parámetros que nosotros miramos para determinar la calidad del semen”, asegura el doctor Fernando Neuspiller, director de IVI Buenos Aires.
Para poder avanzar en un proceso de fertilidad se espera que el hombre tenga al menos 15 millones de espermatozoides. Si alguien tiene 12 millones con poca movilidad, podría mejorar la condición de sus espermatozoides si hiciera mayor actividad física de forma sostenida durante un año, indica Neuspiller.
