Cuándo los perros ven la televisión, ¿qué ven?

Un estudio de la Universidad Central de Lancashire arrojó detalles reveladores acerca de las preferencias del mejor amigo del hombre al momento de posarse frente a la pantalla. Cuáles son sus gustos televisivos

El dueño recostado en el sillón del living mira televisión. Quizás un partido de fútbol, una novela, el noticiero de la noche. Tal vez un zapping frenético para aliviar la indecisión. Su perro, atento a lo que ocurre en la pantalla, durante algunos segundos casi pasmado por la sucesión de imágenes. Pero qué es lo que el animal realmente está viendo. ¿Lo mismo que el hombre? Y la pregunta se extiende: ¿lo disfruta?

Un grupo de investigadores de la Universidad Central de Lancashire, de Reino Unido, se propuso llegar al quid de la cuestión a través de un informe llamado “Is my Dog watching TV?” (¿Mi perro está viendo la TV?). Para ello, utilizó mecanismos de seguimiento de la visión similares a los que se aplican para analizar el ojo humano. De ese modo, descubrieron que los perros, al igual que sus dueños, tienen preferencias vinculadas al contenido televisivo y no son indiferentes a la programación.

En primer lugar, el equipo de científicos británicos concluyó que los perros prefieren programas en los que su especie aparezca con regularidad o, más bien, los tenga como protagonistas. A su vez, el factor sonido tomó vital importancia en la atención de los canes. Cuando escuchan un ladrido o un gemido, se vuelven contra el televisor sobresaltados. Su interés se dispara también cuando oyen órdenes o gritos, como si provinieran de sus dueños.

El modo de visionado también es diferente: las personas tienden a relajarse en la comodidad de un sillón, mientras que los perros se ubican a pocos centímetros de la pantalla y su atención es más dispersa, por lo que es común verlos dar vueltas alrededor de su amo y el televisor una y otra vez como un tic nervioso.

A su vez, por genética los perros observan imágenes en forma muy distinta a los humanos. Su visión es dicromática; perciben dos de los tres colores primarios porque tan solo tienen dos tipos de receptores de color, más conocidos como conos. Sus ojos, que solo captan el espectro de amarillo y azul, son también más sensibles al movimiento. Por eso, los veterinarios sospechan que la mayor nitidez que trae aparejada la llegada de la alta definición ayuda a mantener a los perros expectantes.

Ya en 2012, la televisión estadounidense se había adelantado al hallazgo con el lanzamiento de un canal exclusivo para el mejor amigo del hombre, Dog TV. “La idea no es que los perros se sienten frente a la televisión durante horas y horas como podríamos hacer nosotros, sino que haya algo en la habitación que rompa la monotonía de estar solo en la casa”, explicó en ese entonces Nicholas Dodman, jefe científico del canal.

Dog Tv es un canal on-demand por suscripción de cable con 8 horas diarias pensadas para canes. “Programamos en base al punto de vista del animal”, expresó Gilad Neumann, su jefe ejecutivo. La propuesta del canal es que los perros cuando quedan puedan estar estimulados, entretenidos y no se sientan solos.

Entonces, ¿lo disfrutan?

Habitualmente las personas buscan en la televisión una respuesta emocional: reír, horrorizarse, indignarse, o más bien despejar la cabeza. Los perros, en cambio, presentan interacciones con la TV mucho más breves -de tan solo segundos- y desinteresadas. Es por eso que el contenido destinado al universo canino se centra en historias fragmentadas en vez de relatos extensos.

Algunas investigaciones previas indicaban que el perro era indiferente al contenido televisivo. Una de ellas dio a elegir al perro entre tres pantallas con emisiones diferentes y demostró la desidia del animal en la elección. Su reacción fue de poca permanencia en cada pantalla. Los perros circulaban entre y una otra sin una razón aparente. Hoy pese haber dilucidado la cuestión de la preferencia -con la ayuda del HD- la ciencia aún no definió si los perros disfrutan mirando la televisión o tan solo lo hacen para acompañar a sus dueños y no sentirse solos.