La imagen estremece: en el fondo de una precaria vivienda yace un cuerpo de pequeña contextura. Se sabrá después que se trata del cadáver de Luna Viera, una nena de sólo 5 años, que había salido a comprar caramelos a un kiosco cerca de su casa. Ya nada será igual en Tío Pujio, el pueblo cordobés donde se produjo el macabro hallazgo.
La niña había sufrido un contundente golpe en la cabeza y sus restos fueron hallados en la casa de un vecino que dio aviso a la policía, pero inmediatamente quedó demorado.
El cadáver fue trasladado a Córdoba capital para realizar la autopsia. Así la fiscal de Villa María, Silvia Maldonado, podrá tener un elemento firme para establecer si se trató de un homicidio y cómo se produjo el deceso.
El cuerpo de Viera fue encontrado el miércoles por la tarde. El vecino que dio aviso, quien cuenta con antecedentes de episodios de violencia, afirmó que la chica habitualmente se pasaba a su jardín para jugar.
De acuerdo con el testimonio de algunos testigos, en el momento de la detención, el sospechado, de quien no se reveló la identidad, aseguró que quiso empujar a la nena a una casa lindera y que la niña murió al caer de cabeza del otro lado del muro.
Justo antes de que la policía lo detuviera, el dueño de la casa fue agredido a golpes por varios vecinos.
El cuerpo de la pequeña Luna presentaba un golpe profundo en su cabeza. La niña estaba vestida pero le faltaban las botas con las que había salido de casa.
La alarma surgió el miércoles por la tarde. La madre de Viera le había entregado 50 pesos a la nena para que fuera a comprar golosinas a un quiosco de la esquina.
La niña llegó al kiosco, según dijo la propia dueña del local, que al mismo tiempo fue la última en verla con vida. La mujer les contó a otros vecinos que la niña se llevó sus caramelos, 30 pesos de vuelto y se marchósola de regreso a su casa. Pero Viera nunca volvió.
Ante la demora, la madre de la niña, familiares y otros vecinos salieron a las calles del barrio a buscar a la niña de 5 años.
Finalmente, el cuerpo de Luna apareció en una casa ubicada a pocos metros del kiosco pero en dirección contraria a su propio hogar. El cuerpo se encontraba boca arriba, con un pequeño sangrado en la nariz, mientras que no fueron hallados los caramelos ni los 30 pesos que llevaba consigo.
La fiscal se encuentra ahora en plena investigación para definir si se trató de un homicidio o de un accidente doméstico. Mientras tanto, el vecino que encontró el cuerpo continúa demorado.