De los años ’90 a esta parte, irrumpió como mito que el éxito de los políticos está atado a cómo son tratados por el máximo exponente de la televisión argentina, Marcelo Tinelli. Las coberturas, parodias y chistes del programa Showmatch pasaron a ser un elemento constituyente de la campaña electoral y estrategia política de unos y otros. Los propios protagonistas, lejos de rehuirle a un escenario de alta exposición sobre el que tienen poco control, retroalimentaron el juego de poder al prestarse y participar de las transmisiones del conductor.
El fantasma sobre el poder de fuego de Tinelli resurgió días atrás, con la tensión creciente entre el vicepresidente de San Lorenzo y Mauricio Macri por las imitaciones y el humor político. Antes amigos, la relación entró en terreno de hostilidad cuando el hombre de Bolívar dio lugar a que Daniel Scioli cerrara el año pasado su campaña en Showmatch. El malestar se agravó a partir de las peleas de palacio en torno a la acéfala AFA y la Superliga. Tras una serie de parodias al ex jefe de Gobierno porteño, la guerra quedó en evidencia cuando un “ejército masivo de trolls” anónimos en Twitter cuestionó a Tinelli por su presunto rol opositor al Gobierno y convocó a un “apagón” televisivo.
Hoy, la pelea de estos “gigantes” tuvo una tregua con una foto y reunión en la residencia de Olivos. Si bien que un dirigente pierda o gane una batalla política depende de una multiplicidad de factores -entre ellos, la evaluación sobre la gestión y las alianzas-, la pregunta sobre la capacidad de daño o beneficio de Tinelli y su humor político sigue planteada.
De la Rúa y la caída
El poder de daño quedó de manifiesto en el año 2000, cuando un débil presidente Fernando de la Rúa participó de una transmisión que, por errores propios, le jugó en contra a su imagen. Mientras era frecuente la parodia de De la Rúa, que exponía sus pocos reflejos, aquella fatídica noche un manifestante que reclamaba por los presos de La Tablada ingresó al estudio e increpó al entonces jefe de Estado. La “frutilla del postre” fue cuando las cámaras registraron al desgastado mandatario confundiendo la salida del set de televisión y el nombre de la esposa del conductor. Meses más tarde, De la Rúa presentaba su renuncia por las multitudinarias protestas contra su gestión a lo largo y ancho del país.
Hoy en día, De la Rúa insiste que el presentador ayudó a su caída: “Había hablado con Tinelli por mis imitaciones y él se había comprometido en no hacer más imitaciones de mí. Cuando fui a su programa pagué por mi buena fe, me dijeron que el nombre de Paula era Laura pero yo no veía tanta televisión. No fue un hecho histórico”.
De Narváez y la derrota de Néstor Kirchner
Otro de las actuaciones recordadas fue la que interpretó el humorista Roberto Peña sobre Francisco De Narváez en 2009, con el lanzamiento del “Gran Cuñado”, una sátira del reality Gran Hermano pero con políticos. A raíz de esa imitación, el adversario de Néstor Kirchner ganó popularidad para las elecciones de medio término con latiguillos como “votame, votate. Alica, alicate”, y lo mostró con una personalidad socarrona y despreocupada. El candidato, lejos de enojarse o marcar distancia con la sátira, se la tomó con humor y ello le permitió instalarse en la opinión pública.
En cambio, la actuación de Néstor Kirchner lo mostraba como una persona hostil, aún se recuerda aquel “Que te pasa Clarín, estásnerviosho“, que el personaje repetía en forma constante. El ex presidente fallecido también tuvo una postura radicalmente opuesta a la de De Narváez: en vez de ir al piso del programa y mostrarse con Freddy Villarreal, su imitador, Kirchner dejó expuesta su desconfianza al ciclo y se limitó a tener una conversación telefónica con Tinelli de 15 minutos.
En 2009, Cristina Kirchner también tuvo su propia imitación interpretada por Martín Bossi en Showmatch. En declaraciones periodísticas, el humorista decía que la parodia “la hizo con absoluta libertad y con respeto”. Sobre el Gran Cuñado y su personaje, opinaba: “Quiero que dure la mayor cantidad de tiempo posible. Además, me parece que no le convendría (irse de la casa) porque quiere decir que mucha gente la votó para echar”. En 2016, la imitación la interpreta Fátima Flores. La ex mandataria nunca opinó sobre sus sátiras.
Massa y el “tajaí”
Aunque no estaba al aire, a comienzos del año pasado Marcelo Tinelli difundió a través de su cuenta de Twitter una imitación del líder del Frente Renovador, Sergio Massa. El video parodiaba la serie de spots del ex intendente de Tigre, en la que el humorista Roberto Peña exageraba el latiguillo “estás ahí?” con un “tajaí” que lo disfrazaba de cordobés, norteño, rollinga, boliviano, brasilero, mexicano, entre otros. Antes de esa pieza, ya estaban instalados en las redes sociales los memes que ridiculizaban al legislador nacional, quien quedó tercero con un 20 por ciento de los votos en la elección presidencial.
Este año, Tinelli volvió a la carga en Gran Cuñado con la misma imitación con un “hiperkinético” tigrense y llegó a reutilizar el latiguillo del “tajaí”. Según varias encuestas, Massa es uno de los dirigentes que encabezan en imagen positiva en la provincia de Buenos Aires, junto a la gobernadora María Eugenia Vidal, otra de las imitadas en Showmatch.




























