El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) sigue liderando los sondeos de intención de votos, de cara a las elecciones presidenciales que tendrán lugar en octubre de este año en Brasil. Los resultados fueron publicados por la Confederación Nacional del Transporte y el Instituto MDA, participando de la encuesta 2.002 personas de 137 municipios diferentes entre el 9 y 12 de este mes.
y llamaron la atención dado que el líder político se encuentra condenado por corrupción pasiva y lavado de dinero, permaneciendo detenido hace más de un mes.
“En el escenario uno Lula tendría el 32,4%, Jair Bolsonaro el 16,7%, Marina Silva el 7,6%, Ciro Gomes el 5,4% y Geraldo Alckmin el 4%”, establece el estudio de MDA, empresa encuestadora brasileña. Por otro lado, en un escenario electoral sin Lula el estudio muestra que lideraría el líder ultraderechista Bolsonaro con 18,3%, seguido por Silva del grupo político Red Sustentabilidad (centro-izquierda) con un 11,2%, y Gomes del Partido Democrático Laborista (izquierda) con 9%.
En el cuestionario se indagó también sobre la condena que pesa sobre Lula, la cual el 51% de los encuestados considera como “justa”. Pese a ser sostenido como candidato presidencial por el Partido de los Trabajadores (PT), el 49,9% de quienes fueron consultados en el estudio de opinión pública cree que el líder de los trabajadores no disputará las elecciones en octubre, mientras que un 40,8% cree que estará en los comicios.
El Instituto MDA relevó también los criterios que tienen los votantes al momento de escoger un candidato. El 65,6% de los entrevistados valora la honestidad como principal factor, el 47,7% prioriza las nuevas propuestas para el país, y el 26,4% la trayectoria de vida. Sobre el gobierno de Michel Temer, la imagen negativa asciende a un 71,2%, corroborando que ya es el presidente más impopular de Brasil desde el retorno a la democracia en 1985.
Lula fue condenado a 12 años y un mes de cárcel por presuntos delitos de corrupción, cumpliendo condena desde el pasado 7 de abril, cuando el Supremo Tribunal Federal rechazó uno de los últimos recursos para frenar su encarcelamiento. En esa misma causa, el ex mandatario había sido condenado en primera instancia por el juez Sergio Moro a sólo 9 años, siendo la pena agravada en segunda instancia por el tribunal de apelación de Porto Alegre a más de 12 años.
