El duro relato de una esclava sexual de Isis

Un joven yazidí que logró escapar de sus captores contó a la BBC el infierno que vivió.

Hasta los 14 años Ekhlas tuvo una vida tranquila en un pueblo del norte de Irak. Pero en dos horas, todo cambió. Militantes del grupo terrorista Estado Islámico ISIS) atacaron la aldea de la minoría yazidí y uno de ellos la secuestró para convertirla en su esclava sexual.

“Me violó todos los días, durante seis meses. Traté de matarme”, contó a la BBC la adolescente de 17 años, que ahora vive en un hospital psiquiátrico de Alemania, donde recibe educación y ayuda psicológica.

“Vinieron con su bandera negra. Mataron a nuestros hombres y violaron a nuestras nenas”, recordó sobre el trágico día de agosto de 2014 en que los yihadistas los atacaron.

 

Su familia intentó huir por las montañas pero los soldados de ISIS los capturaron y ejecutaron a su padre delante de ellos. Luego la separaron de su madre y la metieron en una cárcel con otros adolescentes y nenes. Allí sufrió y presenció nuevos abusos y torturas, recuerdos que ahora “la atormentarán toda su vida”.

“Todo lo que escuchaba eran gritos, llanto, todos estábamos hambrientos, no alimentaban a nadie. Vi a un hombre de unos 40 años sobre una nena de unos 10. Ella gritaba. Nunca olvidé esos gritos. Decía ‘Mamá, mamá…’ pero no pudimos hacer nada”.

Para los yihadistas, esta cárcel era como un mercado en el que venían a buscar a sus esclavas sexuales. Uno de ellos la eligió entre 150 niñas. “Era tan feo, como una bestia, con pelo largo. Olía tan mal… tenía tanto miedo que no podía ni mirarlo”, dijo la joven.

El infierno que vivió Ekhlas duró seis meses, hasta que logró escaparse un día en que su secuestrador estaba combatiendo. Después de un largo periplo llegó a un campo de refugiados, desde el cual fue trasladada a Alemania.

“Cuando la conocí no hacía contacto visual”, recordó la abogada estadounidense Jacqueline Isaac, que se ocupa de reubicar a refugiados en países europeos. Ahora la joven, que quiere convertirse en abogada ,volvió a cantar y mirar a la gente a los ojos, aunque todavía tiene un largo camino por recorrer.

“Probablemente pensás que soy fuerte como una roca, pero quiero que sepas que estoy herida por dentro. Mi dolor es como 100 muertes”, dijo Ekhlas. Según dice, si ya no llora es sólo porque “se quedó sin lágrimas”.

Se estima que más de 10.000 yazidíes fueron asesinados o capturados cuando el Estado Islámico conquistó el Monte Sinjar en 2014. Los hombres fueron ejecutados a tiros, decapitados o quemados vivos, mientras que las mujeres fueron vendidas en el “califato”. Se cree que alrededor de 3.000 siguen en cautiverio.