El retroceso del Estado Islámico (ISIS) en los campos de batalla de Siria e Irak no sería el fin de la guerra entre Occidente y el terrorismo fundamentalista. Eso al menos es lo que promete Ánsar Al-Furqan Al-Sham, el grupo fundado el 9 de octubre ni más ni menos que por el hijo de Osama Bin Laden: Hamza.
Así, después de 16 años de que el padre se adjudicó el atentado más impactante de todos los tiempos, el del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas, el hijo juró crear un califato entre Siria e Irak.
El grupo encabezado por Hamza Bin Laden está formado por excombatientes del ISIS, Jabhat Al-Nusra, Ánsar (yihadistas sirios y regionales), Muhajreen (soldados extranjeros) y células locales, según publicó Infobae.
El hombre nació hace 28 años en Yeda -Jeddah en árabe, la segunda ciudad más importante de Arabia Saudita-. Osama, en cambio, nació en Riad, la capital de ese país, el 10 de marzo de 1957.
Las agencias de seguridad registraron que Hamza estudió en Qatar, se casó con una inglesa y consiguió la ciudadanía de ese país. Pensaron que había muerto durante la “Operación Gerónimo”: el operativo del 2 de mayo de 2011 en el que un equipo de Navy Seal de los Estados Unidos abatió a Osama en Abbottabad, Pakistán.
El joven nunca estuvo allí. En el último año no supieron más de él. Hasta ahora. El hijo de Osama Bin Laden juró lealtad al viejo Al-Qaeda, cumplir el objetivo del ISIS y conquistar la victoria con Ánsar Al-Furqan Al-Sham.
El nuevo líder terrorista advirtió: “El nuevo orden mundial nos está combatiendo porque tratamos de establecer un califato. Debemos estar orgullosos de que los Estados Unidos, Rusia, y el régimen de Bashar Al-Assad nos consideren sus enemigos”. Y remató: “La prueba de Siria es la prueba del Islam puro”.
