El accidente ocurrió cerca de la ciudad de Paderborn, unos 350 kilómetros al oeste de Berlín.
El coche era un viejo Trabant, que volcó y resultó seriamente dañado, pero el conductor salió ileso.
La Policía indicó en un informe que no había estimado que las huellas de baba del caracol podían suponer un peligro para los automovilistas.