“Vivir Venecia” de Abel Posse

El esplendor de ese universo móvil de turistas y devotos del arte sirve de marco perfecto para este relato sutil, irónico, de a ratos melancólico, donde lo público y lo privado se confunden en un juego que Abel Posse domina con maestría absoluta.

Un cónsul es designado en Venecia para “un delicioso día que duró seis años”. Se aloja con su mujer y su pequeño hijo en la sede del Consulado, el palacio Valmarana, tan fatigado por intemperies y siglos como toda la Serenísima. Desde allí alterna su trabajo como diplomático con el de escritor.

Su casa es frecuentada por peregrinos del misterio de Venecia, esa ciudad majestuosa que desafía la decadencia. Por ella pasan artistas y creadores: Sabato, amenazado de muerte por la Triple A; Rómulo Macció; Alejo Carpentier; Manucho Mujica Lainez, con su empaque de lord porteño; los poetas Mario Trejo, Federico Gorbea, Manuel Scorza, Manuel Castilla… Hay banquetes y cócteles para Andy Warhol y para Jorge Luis Borges, recibido como el escritor que una Europa agotada tal vez ya no sabría dar. El cónsul será testigo de la ventura de Joseph Brodsky, expulsado a los veintidós años del gulag soviético y aprisionado por una deliciosa aristócrata veneciana. Entre palacios de mármol plantados sobre el fango todo pasa con cierta alegría irrelevante, pero la pasión y hasta el drama permanecen.

El esplendor de ese universo móvil de turistas y devotos del arte sirve de marco perfecto para este relato sutil, irónico, de a ratos melancólico, donde lo público y lo privado (y hasta lo privadísimo) se confunden en un juego que Abel Posse domina con maestría absoluta.

Abel Posse

Nació en Córdoba. Creció y se educó en Buenos Aires. Diplomático de carrera, vivió años en Moscú, Venecia, París, Tel Aviv, Praga, Lima, Copenhague y Madrid. Es autor de numerosos libros, entre ellos Los perros del paraíso, que obtuvo en 1987 el premio internacional Rómulo Gallegos, máximo galardón literario de América Latina; El largo atardecer del caminante, distinguido en 1992 con el primer premio de la Comisión Española del V Centenario; El viajero de Agartha, galardonado con el premio Diana de México, y El inquietante día de la vida, que mereció el premio Trienal de Novela de la Academia Argentina de Letras en 2003. Sus obras han sido traducidas a diecisiete idiomas. La santa locura de los argentinos, Sobrevivir Argentina y Réquiem para la política, libros ensayísticos de temática nacional, obtuvieron un gran éxito de público y crítica.