Una moda que crece en México: Turismo matrimonial

Desde bodas sobre colinas increíbles o en yates de lujo hasta ceremonias subacuáticas con delfines y la alternativa de los ritos mayas: los casamientos en destinos turísticos mexicanos aumentó un 50 por ciento en los últimos cinco años.

El último alarido de la moda en materia turística internacional es casarse en un balneario de México, sea sobre las blancas arenas del sureste o las doradas que ofrece el Pacífico, en una antigua hacienda colonial o incluso bajo el mar con traje de buzo.

Las playas de México son muy atractivas para parejas de todo el mundo (Getty Images).

La diversidad de los paisajes turísticos del país permite elegir entre  varias opciones: casamientos bajo el rito milenario maya, con un chamán presidiendo la ceremonia, o sobre una colina, para los amantes de los deportes extremos.

Empresarios del sector señalan que en los últimos cinco años la celebración de bodas en destinos turísticos aumentó un 50 por ciento.

Sólo en 2015, en el país se realizaron más de 100.000 casamientos en playas y ciudades coloniales.

Todo listo para la boda en Cancún (Getty Images).

“Hay varios factores por los que México se ha convertido en una gran catedral internacional. Uno de ellos es el desarrollo de infraestructura hotelera de lujo y la tendencia de dejar las bodas tumultuosas por otras más compactas. A ésto se agrega la fortaleza del dólar”, señala Armando Bojórquez, propietario de una conocida agencia de viajes local.

Cozumel, la isla de México que convoca parejas del todo el mundo (Getty Images).

Parejas cosmpolitas

Estadísticas del ministerio de Turismo revelan que en 2010 México recibió el 9 por ciento de las 350.000 nupcias realizadas entre parejas estadounidenses fuera de su país, es decir, unas 31.500.

La Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles (AMHM) estima que la cifra aumentó, en 5 años, 50 por ciento, para llegar a unos 47.250 casamientos de extranjeros celebrados en México.

El Templo de Santo Domingo de Guzmán, en la ciudad de Oaxaca.

También las parejas mexicanas están cada vez más inclinadas a dar el “sí” en centros veraniegos. Los lugares favoritos son, entre otros, San Miguel de Allende (en el centro del país), la ciudad de Oaxaca (al sureste), Cuernavaca (al sur) y Puerto Vallarta (en el oeste).

Los extranjeros prefieren, en cambio, destinos de playa como Cancún y la Riviera Maya, en el Caribe, o Los Cabos, en el Pacífico, al noroeste del país.

La parroquia San Miguel de Arcángel, en la encantadora San Miguel de Allende (Getty Images).

¿Cuestión de dinero?

La devaluación de la moneda azteca en un nivel de 20 por ciento en este año puede ser una de las razones por las que resulta atractivo celebrar las bodas en México, para quienes desean casarse fuera de sus lugares de origen.

El ministerio de turismo calcula que cada boda de estadounidenses en México supone gastos por unos 20.600 dólares, lo que sumó, en 2015, casi 1.000 millones de dólares.

Los destinos del Pacífico mexicano son algunos de los favoritos (Getty Images).

“México tiene los hoteles para atraer a los turistas de más alto perfil, los cuales no escatiman cuando se van a casar”, dijo Carlos Gosselin, presidente del gremio hotelero de Cancún.

Los paquetes disponibles para mexicanos tienen un costo de 500 a 1.500 dólares por persona, pero para los extranjeros pueden oscilar entre 1.000 y 3.000 dólares, incluídos el transporte, el hospedaje y los servicios relacionados.

Buceo de a dos en los arrecifes de Cozumel.

Hablando en un sentido para nada metafórico, las bodas se realizan, en general, con los pies en la tierra, aunque no siempre es siempre la regla…

Un plan original

Por ejemplo, la isla de Cozumel, al sureste del país, se promociona como “uno de los pocos sitios en el mundo en el que las parejas pueden ponerse tanques para buceo sobre sus elegantes trajes de novios y dar el “sí, acepto” bajo las cristalinas aguas del Caribe con testigos acuáticos”.

Los famosos cenotes también son favoritos para los casamientos.

Los paquetes incluyen la Luna de Miel en la isla más extensa del país, con 45 kilómetros de largo y 19 de ancho, la práctica del golf y tenis, y la visita a ruinas arqueológicas mayas o centros comerciales.

Los empresarios turísticos también ofrecen bodas con delfines en la Riviera Maya, en el estado de Quintana Roo, en las que se permite nadar con ellos, jugar y darse el “sí, quiero” teniendo a estos seres acuáticos como testigos de honor.

Cada vez más parejas eligen casarse en destinos originales (Getty Images).

Otra posibilidad es una boda temática en alta mar en un yate de lujo, en un velero tradicional, a bordo de un catamarán, en una réplica de un antiguo galeón, sobre un vapor estilo Mississippi, donde si el espacio de la nave lo permite se puede efectuar no sólo el enlace, sino también la fiesta, con música en vivo y el banquete

Y a quienes les gusta lo exótico, lo sagrado y lo mágico, una boda en la jungla mexicana, junto a un cenote o pozo ritual de la cultura maya suena ideal.