Una infidelidad puede salvar tu relación

Cuatro miradas originales sobre un tema muy en cuestión para la sociedad contemporánea. ¿Todo depende desde dónde se la mire? ¿Cómo se puede aprovechar una situación aparentemente dramática para mejorar, aumentar el deseo o salvar una pareja?

Perdonarías una infidelidad? Esa es la pregunta que todos nos hacemos en algún momento de la vida porque este es uno de los grandes temas dentro de las relaciones sentimentales de los seres humanos. Todo está bien en la relación, parece que vamos a ser felices toda la vida y de repente aparece una infidelidad y todo aparentemente se derrumba, pero ¿esto es exactamente así? Existen muchas formas de ver una infidelidad y en los últimos tiempos han aparecido varias miradas diferentes que vienen a aportar distintos puntos de vista e incluso a desdramatizarla.

La realidad puede tener muchas aristas diferentes y depende desde donde yo me pare para observar lo que pasa, voy a ver otro aspecto del tema. Teniendo en cuenta esto, estas son algunas de las diferentes miradas sobre la infidelidad:

Infidelidad como traición: La persona que nos tiene que cuidar y amar no solamente no lo hace sino que además nos traiciona con otra persona. Esta es la más clásica. Esta mirada solo contempla una víctima y un victimario. Desde este punto de vista hay uno solo que hace algo mal y el otro que lo sufre.

Infidelidad como síntoma de la pareja: Esta idea contempla la posibilidad de que la infidelidad sea producto del malestar en la relación. No dice mucho por sí misma en cuanto al problema de la pareja, lo que sí dice es la relación tiene un problema (o varios) y se manifiesta de esta forma. En esta mirada está implícita la responsabilidad compartida que existe en toda relación.

Infidelidad pautada como posible desde el comienzo: En los últimos tiempos han aparecido las parejas que plantean la posibilidad del “permitido” desde el comienzo de la relación. Estas parejas desdramatizan la infidelidad y plantean la fidelidad como algo muy difícil de sostener a lo largo del tiempo. Se puede pensar que al incluirla como parte del contrato de la pareja, la relación se ahorra un problema. Habrá que ver en la realidad qué tan viables son estas nuevas clases de pareja.

Desde las posturas más rígidas y clásicas hasta las más flexibles y modernas, todas las parejas se preguntan que harían en el caso de tener que enfrentar un engaño. Y lo cierto es que cada vez se escuchan más casos en donde la infidelidad es perdonada y la pareja puede seguir adelante, en algunas ocasiones, mejor que antes. A partir de esto surge una nueva mirada sobre la infidelidad, que deja de verla como lo peor que le puede pasar a una pareja… para pasar a entenderla como la ocasión para cambiar algunos aspectos en el vínculo.

Infidelidad como oportunidad: Aparece una infidelidad y produce un impacto negativo en la relación. Después de que la bomba explota, comienza la reconstrucción de la relación, en el caso de que ambos deseen seguir con la pareja. La lógica de esto es que la pareja toca fondo y de ahí en más solo cabe ir mejorando.

¿Cuáles son los tips para poder vivir una infidelidad como un nuevo punto de partida para la pareja?

Perderle el miedo a la situación: La infidelidad genera miedos acerca de cómo continuará la relación y, en ese sentido, los miedos hay que enfrentarlos. Dialogar sobre lo que pasó, que cada uno pueda expresar sus puntos de vista acerca de porque ocurrió y también expresar claramente qué quiere hacer cada uno con el futuro de la pareja.

Desdramatizar: La infidelidad ocurre más de lo que pensamos y, en ese sentido, pensar que nos puede pasar a todos hace que podamos desdramatizarla. Tampoco se trata de que ocurra constantemente en la relación, pero si ocurre por primera vez servirá pensar que todos podemos equivocarnos en algún momento.

Refundación de la pareja: Tomar una infidelidad como un nuevo punto de partida es poder ver que lo que ocurrió me permite a mí y al otro corregir aspectos del vínculo que evidentemente no estaban bien. Una infidelidad puede ser un peligro o una oportunidad, según como se vea.

Por el licenciado Sebastian Girona, psicólogo.