Además, la investigación también mostró que los chicos desarrollan actitudes más antisociales, soy violentos y pueden desarrollar problemas mentales.
“Golpearlos genera lo contrario a lo que los padres quieren que genere”, asegura Andrew Grogan-Taylor, de la Universidad de Michigan.
Elizabeth Gershoff, de la Universidad de Texas, dijo: “Encontramos que los azotes se asocian con resultados perjudiciales y no se asoció con un mayor cumplimiento inmediato a largo plazo, que son los resultados esperados de los padres cuando se disciplinan a sus hijos”.


























