No tienen crisis
Este es uno de los principales errores, creer que las parejas que han compartido su vida en común no han vivido crisis. La diferencia es que las han superado, es decir, han avanzado y no se han quedado atascados en este punto. Las parejas felices han crecido a partir de estas etapas de distanciamiento emocional, han convertido la experiencia en el mejor punto de encuentro dando un sentido positivo a las diferencias. Como en cualquier relación, existen discusiones, problemas que superar y diferencias de criterio. Sin embargo, existe la intimidad necesaria para seguir avanzando a pesar de todo con una filosofía de vida en la que el amor es sinónimo de esperanza.
Pasan mucho tiempo juntas
Lo que define a las parejas felices no es la cantidad de tiempo que comparten en común sino la calidad de las horas que dan paso a planes, conversaciones y actividades comunes. Las parejas felices valoran igualmente la amistad, por tanto, su mundo no termina en el otro sino que continúa en el círculo de relaciones sociales.
Ausencia de rutina
Las parejas felices también están llenas de rutina y de hábitos previsibles porque la vida en sí misma, tiene altas dosis de este ingrediente. La rutina es uno de los ingredientes de la convivencia. Sin embargo, las parejas felices también asumen que la rutina forma parte del amor. Las parejas felices asumieron el compromiso de quererse conscientes de que la monotonía es una de las cartas del juego. Lo que hacen es crear una rutina de vida con la que se sienten realmente cómodos, es decir, unos hábitos que dan significado al vínculo.
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