El matrimonio es una inversión que se debe trabajar cada día y hacer todos los esfuerzos para renovarlo constantemente y alimentar el amor. “Un matrimonio es como un banco”, dijo Irwin Corey. La calidad de éste, depende de cuánto estás dispuesto a invertir en él, tanto con amor, tiempo y energía. Hay muchos errores que podemos cometer durante el matrimonio a diario; a continuación escribo solo unos ejemplos:
- Vivir con una mala actitud
Si pasas tus días de mal humor, pensando en todo lo que tienes que hacer, entre el trabajo, los deberes, llenas tu hogar de estrés, pierdes visibilidad de todo lo demás y lo más seguro es que terminarás hiriendo o esparciendo esa energía negativa en tu hogar.
Por esto es importante despertar cada mañana y respirar profundo. Toma unos minutos para agradecer por un día más de vida y por esa maravillosa persona que tienes a tu lado. Sonríe más y disfruta tu vida en compañía de tu pareja.
- Olvidar abrazar y besar a tu cónyuge
Es más importante de lo que te imaginas, tanto para ti como para su relación y para fortalecer su lazo de confianza y comunicación.
A veces olvidamos lo importante que es demostrar el amor por eso despierta a tu pareja con un beso o dale un abrazo al despedirse en la mañana cuando se vaya al trabajo, haz lo mismo cuando regrese, o simplemente sorprenderla con un fuerte abrazo cuando menos lo espere. Dale la mano cuando caminen, abrázala mientras ven la televisión. Hazle caricias y cariños siempre que puedas.
- Obstaculizar la comunicación
A veces, sin darnos cuenta, nosotros mismos ponemos obstáculos en la comunicación en el matrimonio. Algunas faltas que llegamos a cometer fácilmente son: acusar a la otra persona, no escuchar sinceramente, no querer solucionar el problema, empezar una pelea y no querer terminarla, traer a colación problemas pasados, subir la voz, insultar, burlas, usar sarcasmo, etcétera.
Es importante ser paciente y aprender a perdonar. No importa que hayas nacido con un carácter explosivo, inténtalo. No seas el primero en tirar la piedra, no lastimes por nada del mundo a tu pareja. Escucha sus necesidades y haz lo mejor posible para terminar la discusión y arreglar la situación.
- Caer en rutina
¿Recuerdas esa época cuando conociste a tu esposo y salían en citas y reían y conversaban por horas? Al casarse uno olvida que también puede divertirse. Es normal que las presiones de la vida y la rutina absorban su tiempo y atención; no te preocupes, a todos nos ha pasado.
Asegúrense de dejar tiempo libre para pasar ratos agradables, sin distracciones y de recreación. Tomen una clase juntos, salgan a caminar, cuéntense anécdotas graciosas o algún chiste. Hagan bromas y rían más.
- Dejar de alimentar la relación
Tu matrimonio es la relación más importante que debes cuidar y cultivar a diario. Debe ser tu prioridad aún más que tus hijos, tu trabajo, tu vida social y otros pasatiempos. Pon atención a los detalles y no olvides demostrar tu amor a diario.
No des por sentado a tu esposo a esposa. No dejes de agradecer por las pequeñas y grandes cosas que hace por ti. No olvides el factor sorpresa o las fechas importantes (como aniversarios y cumpleaños). No dejes de coquetear, jugar y cuidar su amor.
- Violencia física o emocional
Una de las peores cosas que pueden ocurrir en la unión matrimonial es que uno de los cónyuges (o los dos) ataque o agreda, física o emocionalmente a su pareja. El dejar que las discusiones tomen niveles muy altos, el no ser humildes y pacientes, el olvidar considerar los sentimientos del otro, muchas veces pueden llevar a esto.
Sigue la regla de oro: “No hagas lo que no quieres que te hagan”, no digas lo que no quieres que te digan. Ama más, sé más cariñoso, perdona y sé más amable. Si alguna vez llegas a insultar a tu pareja o a lastimarla pide perdón, no lo vuelvas a hacer, no permitas que tu mal genio acabe con tu relación.
- No perdonar y tener resentimiento
Como seres humanos cometemos muchos errores. Lo más importante es aprender de ellos y alejarnos de las malas decisiones y no repetirlos.
Si sientes que tienes resentimiento hacia tu pareja, aprende a dejarlo ir. Haz lo que debas hacer para liberarte de ese peso. Habla con tu pareja, vayan a terapia matrimonial y formen el hábito de no dejar problemas o discusiones sin resolver.
- Infidelidad, deshonestidad y mentiras
Desgraciadamente, cuando el amor se enfría hay muchas repercusiones negativas. He conocido a personas que han quedado destrozadas al descubrir una infidelidad de parte de su cónyuge. Nunca, bajo ninguna situación, recurras a mentir, deshonrar tu matrimonio y ser infiel.
Si sientes que tu relación esta pasando por cualquiera de estos conflictos y crees que no quieren continuar con su relación, habla con tu pareja y busquen ayuda, siempre hay tiempo para una segunda oportunidad. Una ayuda profesional es una salida para trabajar en tu relación y nutrirla cada día.
De las crisis es de donde salen las oportunidades para levantarse y volver a empezar.No permitas que uno de estos síntomas siga creciendo y vaya destruyendo tu relación hasta un punto irreversible, si estás pasando por alguno de estos problemas es momento de ponerse a trabajar por tu matrimonio, vale la pena luchar por tu hogar y tu familia.
Recuerda que uno se casa para dar el 100% y para hacer feliz uno al otro, de esa manera los dos se dan totalmente y aprenden a amarse más. La meta es llegar juntos hasta el fin de nuestras vidas.