Swimrun, el entrenamiento que es furor en Europa

Cada vez más países apuestan por esta modalidad que combina alternativamente tramos de carrera y natación, poniendo a prueba los límites físicos y mentales. En qué consiste y por qué atrapa

La innovación y la creatividad de los apasionados por el entrenamiento no se detiene. Constantemente el hombre se pone a prueba con originales rutinas de ejercicio físico cada vez más complejas y exigentes. Ahora la novedad es el Swimrun, una actividad que combina natación con running y que es furor en Europa, prometiendo expandirse en el mundo en la proximidad.

De origen sueco, el Swimrun es una modalidad deportiva que se disputa en parejas, cuya diferencia con el resto es el grado de coordinación y el rendimiento requerido para llevar a cabo de la manera correcta. La compenetración en la tarea y el trabajo en equipo son puntos en los que no se puede fallar. Ambos integrantes deben poseer habilidades parecidas, tanto para nadar -en pruebas de aguas abiertas- como en carrera a pie.

El reglamento especifica que los dos miembros del equipo -del mismo sexo o mixtos- tienen que permanecer juntos en todo momento y no pueden superar los 10 metros de distancia entre uno y otro. Es así que en muchas ocasiones corren atados con un cable elástico o correas especiales.

Esta atractiva propuesta se desarrolla en plena naturaleza. Los circuitos y carreras se caracterizan por ser en mares, lagos, superficies planas, en la calle, entre rocas o maniobrando en las montañas. Y a diferencia del triatlón, donde una vez que los participantes salen del agua para tomar la bicicleta no vuelven a mojarse, en Swimrun los deportistas hacen múltiples transiciones, entrando y saliendo del agua varias veces.

La elección de distancias es clave. Los circuitos más extensos promedian los 70 kilómetros, siendo el tramo mayor -60 km- de running y los 10 km restantes de natación. Durante ese lapso hay 33 periodos en el agua y 10 de carrera, con una duración estimada de 14 horas. Como las distancias originales y más frecuentes son muy exigentes desde que el Swinrun se popularizó se celebran cada vez más pruebas de corta distancia para principiantes.

Al ser un reto que roza con los límites de la resistencia humana, para la organización la seguridad es fundamental. En cada competición alrededor de 20 barcos y motos de agua vigilan la carrera. Además, hay varios puntos de atención médica y voluntarios en todo el recorrido, tanto en tierra como en mar, para asistir a los atletas.

El nacimiento fue allá lejos en 2006 cuando dos aventureros como Michael Lemmel y Mats Skott crearon la primera carrera profesional. Poco a poco el entrenamiento comenzó a tomar dimensión en Suecia. El impacto y el apego de la gente fue tal que se creó el Swimrun World Series, un circuito cuyo fin es expandir este deporte en todo el mundo. Con pruebas en Suiza, Inglaterra, Alemania y España, entre otros países, la prueba escandinava de ÖtillÖ es la cita final, donde se celebra el Campeonato del Mundo.

Algunas marcas ya están haciendo prendas específicas para esta modalidad. Los trajes son de neopreno, con paneles elásticos que permiten correr con libertad de movimiento, más una cremallera frontal para facilitar la transpiración. En tanto el calzado son zapatillas normales, aunque deben llevarse encima toda la prueba, incluso cuando nadan. El equipamiento imprescindible también suele incluir un kit de primeros auxilios, una brújula, una bolsa estanca para llevar el mapa y un silbato por persona por si les surge cualquier dificultad.