Star Wars y el intento de volver a ser la histórica “guerra de las galaxias”

Ayer se presentó a la prensa mundial un breve adelanto de la esperada película que protagonizan Felicity Jones y Diego Luna

“Nuestra idea era mantener la historia lo más natural posible, que el rodaje fuera pequeño y el ánimo sincero, de modo de ser espontáneos.” Si no fuera porque ésta es la presentación mundial de Rogue One: Una historia de Star Wars , podría pensarse que la británica Felicity Jones está presentando un pequeño largometraje indie, como Like Crazy, con el que se dio a conocer. Pero lo que esta película, que se estrenará el 15 de diciembre en nuestro país, intenta hacer con el mundo creado por George Lucas es tan sencillo y difícil como lo que plantea su protagonista: ser “una pequeña película de guerra” en medio de la creciente mitología y la miríada de personajes que pueblan los siete episodios de la franquicia. “Dado que esto se llama La guerra de las galaxias, sentimos que el título nos estaba pidiendo hacer este film”, explica el director Gareth Edwards acerca del tono de su película, que, a juzgar por los cerca de 30 minutos que se exhibieron a la prensa internacional reunida en esta ciudad por Disney, combina el registro del cine bélico más clásico de Hollywood con la habilidad del director de Monsters (que tuvo sus inicios como especialista en efectos especiales) de dotar a las imágenes y criaturas más implausibles de un inesperado realismo.
Lo que cuenta Rogue One -la primera de las tres películas de Star Wars que expanden el universo de sus personajes centrales- es básicamente una nota al pie de página en la trama del Episodio IV: quiénes y cómo lograron que la Alianza Rebelde se hiciera con los planos de la Estrella de la Muerte, según informa sucintamente el texto que abre Una nueva esperanza. Al frente de los rebeldes está Jyn Erso (Jones), que, como Luke Skywalker y Kylo Ren y Rey de Episodio VII: El despertar de la fuerza, y todos los personajes fundamentales aquí, tiene una relación al menos compleja con su misterioso padre científico (Mads Mikkelsen) y, como Han Solo, un prontuario tan largo como florido en manos de las fuerzas imperiales.

La misión que emprenden los protagonistas es básicamente suicida, y la noción de sacrificio en la que parecen acordar los integrantes de estos “siete del patíbulo” (que completa el abrupto e imponente androide K-2SO, que gracias a la finísima interpretación de Alan Tudyk probablemente destrone a BB-8 como el rey del merchandising para el próximo año escolar) es inusualmente pertinente para estos tiempos. “Creo que el mensaje de que los héroes son de carne y hueso, que son como nosotros, es el correcto. Aquí no hay superpoderes, hay convicciones”, explica el local Diego Luna, que interpreta a Cassian Andor, el agente de inteligencia que actúa como guía de Jyn Erso en su inmersión en el ejército rebelde.
Mucho se ha especulado con la manera en que Rogue One resucitará a Darth Vader, al que se ve en silueta apenas por unos instantes en los trailers del film, y su director acuerda rápidamente con la idea de que una película de guerra es tan buena como su villano. Pero quienes esperen encontrar a Vader desarticulando cada movimiento de ajedrez de la Resistencia se decepcionarán: el verdadero antagonista aquí es Krennic, interpretado por el australiano Ben Mendelsohn (conocido por la serie Bloodline). “Siempre me pareció que cuando el Imperio Galáctico tenía una vacante llamaba a algún integrante de la Royal Shakespeare Company. Y Krennic es otra cosa. Imaginamos que proviene de la clase trabajadora, y con su ferocidad y su inteligencia ha logrado perforar el rígido sistema imperial de clases y castas. Pero la mejor manera de tener un villano memorable es simplemente contratar a Ben Mendelsohn. Él se encarga del resto. Ya lo verán”, explica Edwards.

Buena parte de las preguntas de la prensa internacional intentaron desentrañar las sensaciones y los sentimientos de los dos actores al comprometerse a la “relación de por vida” que tendrían a partir de ahora con los fanáticos de Star Wars. Tanto Jones como Luna, aunque expectantes, confiesan no tener la menor idea de lo que les espera en menos de un mes, cuando se estrene la película (Luna confirmó que no ha visto aún Rogue One terminada). “Lo único que se me ocurre es tratarlo como lo que es: una relación a largo plazo, con mucho cuidado y cariño, día a día”, afirmó la actriz, nominada al Oscar por La teoría del todo. Pero probablemente sea Gareth Edwards, fanático desde la infancia como Luna del mundo de George Lucas, el que tenga la perspectiva más sabia acerca del lugar que ocupan los nombres propios en esa galaxia lejana: “Nadie te entrega Star Wars. Te la prestan un tiempo y después tenés que devolverla al mundo, al que pertenece en realidad”.

Leia vs. Solo
La próxima “Historia de Star Wars” se centrará en la juventud de Han Solo (Alden Ehrenreich) y su amistad/rivalidad con Lando Carlrissian (Donald Glover). Pero la confirmación de que Emilia Clarke, la Daenerys Targaryen de Game of Thrones, es la elegida para cerrar el terceto protagónico del film, aún sin título, puso a pensar a los fanáticos en que puede ser la encarnación juvenil de la princesa Leia Organa. Si bien no se esperan noticias hasta dentro de muchos meses -se estrenaría a fines de 2018-, la posibilidad de que el film toque al menos tangencialmente la prehistoria de esa relación amorosa tiene el potencial de mantener despiertos a los fanáticos por mucho, mucho tiempo.