Según la ciencia, ¿cuál es el mejor momento para entrenar?

Un nuevo estudio concluye que existe un momento ideal para hacer fitness.

A la mañana temprano, antes de ir a trabajar, en ayunas o después de desayunar; al mediodía, antes o luego de almorzar, durante un break en la oficina; a la tarde, temprano o en el mágico ocaso, tras la jornada laboral; o a la noche, antes o después de cenar. En síntesis, en cualquier momento. Se puede salir a hacer ejercicios cuando y dónde se quiera -o pueda-, y sus enormes beneficios se disfrutan igual. Así de simple. Así de grandioso.

Sin embargo, la ciencia cree haber encontrado cuál es el mejor momento, el que más beneficios genera, para hacer ejercicios. Y ese momento, concluyeron los científicos, es durante el momento del día que estemos más despiertos, más activos.

El estudio que llegó a esta conclusión, y que fue realizado por un equipo de investigadores de la Universidad Northwestern de Chicago, en Estados Unidos, asegura que los músculos operan de acuerdo a su propio ritmo circadiano, una especie de reloj interno que controla y vigila nuestros ritmos de sueño. Esto significa que el cuerpo responde de manera diferente cuando se ejercita en diferentes momentos del día, dependiendo de cuando el día es claro u oscuro.

Para el estudio, cuyos resultados fueron publicados en la última edición de la revista Cell Metabolism, los científicos llevaron a cabo un experimento con roedores, estudiando las células musculares de los mismos y centrándose específicamente en su reloj interno o ritmo circadiano. Los primeros experimentos determinaron que interrumpir el reloj interno genéticamente obstaculizaba la capacidad de las células para quemar “combustible” como el azúcar y la grasa en respuesta a bajas concentraciones de oxígeno (vital cuando hacemos ejercicio intenso).

“Al manipular genéticamente el reloj, nos dimos cuenta que había profundas alteraciones en el músculo. El oxígeno y el reloj interno están realizando un baile juntos dentro de las células musculares para producir energía, y la hora del día determina qué tan bien está sincronizada esta danza. La capacidad de una célula para realizar sus funciones más importantes variará de acuerdo con la hora del día”, explicó el profesor Dr. Joseph Bass, líder del trabajo.

No obstante, Bass se cuidó de afirmar que esté recomendando un momento indicado para hacer ejercicios. “No estamos diciendo que podemos decir a los atletas cuándo deberían entrenar pero en el futuro, tal vez, podamos ser capaces de tomar ventaja de esta información para optimizar la función muscular”, sostuvo Bass.

El Dr. Bass también contó que el reloj interno del cuerpo puede ser alterado mediante el uso de drogas, y que cuando se apaga el “reloj” de las células del músculo se inhibe este ejercicio de inducir el consumo de azúcar y la generación de ácido láctico. “Los resultados del estudio podrían tener efectos de largo alcance más allá del ejercicio”, declaró Bass al diario británico The Independent, y agregó: “En el futuro podremos descubrir nuevas formas de manipular la respuesta de oxígeno de la célula por el restablecimiento del reloj”.

Un estudio que podría servir para combatir la diabetes “También es un paso crítico en la comprensión de cómo impacta el metabolismo de la glucosa en la diabetes”, le dijo Bass al diario británico The Daily Mail. “Esto se debe a que la diabetes se debe fundamentalmente a la insuficiencia del músculo para consumir la glucosa que afecta los niveles de azúcar en la sangre. Por lo tanto, el fortalecimiento de los músculos del reloj podría ser una forma innovadora en la eliminación de exceso de glucosa para tratar la diabetes”, cerró.