Un chico de siete años apareció muerto en el congelador del negocio que sus papás tenían en la localidad rionegrina de San Antonio.
La madre había dicho que el nene salió a “jugar con los amigos a las escondidas” al mediodía y que nunca había vuelto. Por eso, se presentó en la comisaría, poco antes de las 19, para denunciar su desaparición.
En ese momento se activó el protocolo de búsqueda y se incrementaron los rastrillajes incluso hacia el mar, no solo con personal policial sino con ayuda de la gente que a medida que se iba enterando se sumaba al operativo.
El cuerpo del nene fue encontrado en un freezer colocado en la vereda de un almacén y carnicería, propiedad de sus padres, alrededor de las 5.
Por su parte, los padres fueron llevados a la comisaría a prestar declaración, aunque en principio se cree que la víctima habría ingresado al freezer a jugar y murió congelado.