QUÉ ES EL SEXO TÁNTRICO Y CÓMO DISFRUTARLO

Has escuchado acerca de el y has leído titulares que señalan sus ventajas, pero ¿sabes realmente en qué consiste el sexo tántrico? Es mucho más que una práctica de moda, si es que se puede considerar "de moda" una filosofía que lleva con nosotros desde el siglo VI antes de Cristo.

Lo primero que vamos a aclarar es ¿qué es el tantra? Se trata de una escuela de pensamiento nacida en La India que se basa en la fuerza creadora del ser humano para la búsqueda de la iluminación, usando nuestro deseo físico con el propósito de encontrar nuestra espiritualidad. Es decir: primero nos encontramos a nosotros mismos y después entramos en armonía con todo lo que nos rodea.
Sabiendo esto, ¿qué es el sexo tántrico? Se trata de la práctica sexual que busca no sólo el placer físico de ese momento concreto, sino que busca asimismo nuestra iluminación personal: su finalidad es hacer que entremos en contacto con nosotros mismos, con nuestro amante y con el mundo que nos rodea.
Para llegar a una correcta práctica del sexo tántrico se nos propone encontrar primero cuatro llaves.
Qué es el sexo tántrico y cómo disfrutarlo
Primera llave. Aceptarte a ti mismo tal y como eres. Sin tu aceptación, la de los demás no llegará nunca. Este hecho se hace mucho más patente en el ámbito sexual.
Segunda llave. Olvidar todo excepto lo que percibas en el momento del acto sexual con tus cinco sentidos. Centrarte al cien por cien en lo que tienes delante y olvidar problemas pasados.
Tercera llave. Expresarte con el corazón abierto y escuchar de igual manera. En el sexo tántrico no hay medias tintas. Pide lo que quieras sin tapujos y ten la mente abierta para las peticiones de tu pareja.
 
Cuarta llave. Encontrar el equilibrio armónico entre ambos cuerpos. No se trata de sexo atlético, se trata de dejar tu cuerpo fluir junto al de tu compañero de cama moviéndote al ritmo único que fluye de vuestro interior.
¿Cómo iniciarse en el sexo tántrico?
Lo primero a tener en cuenta es la paciencia. Tanto los resultados que nos deparará como la propia experiencia del sexo tántrico llegan solo cuando estamos en paz con nosotros mismos, objetivo que se consiguen las cuatro llaves que hemos mencionado más arriba.
Crear un ambiente adecuado no es imprescindible pero nos ayudará mucho. Iluminación, velas, incienso… toda ayuda para crear una atmósfera sensual y relajada es bienvenida.
Para continuar, nada mejor que sentarse frente a tu pareja, con las piernas entrelazadas y contemplarse mutuamente, siendo conscientes de nuestro ritmo de respiración y el de nuestra pareja. Coordinad ese ritmo para sentiros como un sólo organismo. Recordamos: no hay ninguna prisa. De hecho, los expertos recomiendan permanecer en este paso al menos una hora. Puede que teóricamente nos parezca mucho, pero si se está haciendo correctamente, no habrá prisa ninguna por pasar al siguiente, ya que estaréis disfrutando de una manera calmada y muy satisfactoria.
Cuando estéis listos, pasad a las caricias, evitando en un principio las zonas genitales. Podéis usar plumas u otros elementos que potencien la experiencia. Acto seguido, y de igual manera, empezad a besar el rostro de vuestra pareja, pasando poco a poco a otras zonas de su cuerpo. En este momento podéis pasar a una postura horizontal ambos, sin olvidar las caricias, por supuesto.
Llega el momento de la penetración, pero como todo en el sexo tántrico, será pausada. Los maestros tántricos recomiendan una suave introducción del pene con el hombre en la parte superior pero, en lugar de realizar movimientos pélvicos una vez dentro, lo ideal es que el miembro permanezca estático dentro del cuerpo de la mujer sin ningún movimiento. Continuad con las caricias y los besos y permaneced así al menos una hora. Sabemos que es algo difícil no dejarse llevar por la pasión, pero los expertos afirman que la recompensa posterior va a merecer y mucho la pena.
sexo tantrico
En este momento, y si conseguimos mantenernos calmados, aprenderemos a controlar nuestra energía en lugar de que nuestra energía nos controle a nosotros. Estaremos más cerca de tener capacidad de decisión sobre nuestro cuerpo. La cuestión es aguantar todo el tiempo que sea posible con movimientos muy calmados y delicados, olvidando la recompensa final, el orgasmo, y disfrutando cada paso del camino.
El resto del camino queda a la elección de los amantes y no tiene la obligatoriedad de acabar en orgasmo, porque como decimos, el fin del sexo tántrico es disfrutar del camino, aprender a controlar sensaciones que normalmente nos desbordan.