Programas que te hacen recordar tu niñez

Dicen que hay un niño que siempre sigue vivo en un rincón del corazón. Por eso los invitamos a volver a sonreír con estos éxitos inoxidables que han dejado su marca en la infancia de varias generaciones de televidentes.

El Capitán Piluso y Coquito

“¡Pilusoooooo! ¡La leeeeeeche!”. En 1960, la voz en off de una abuela imaginaria invitaba al marinerito personificado por Alberto Olmedo a tomar la merienda, y miles de chicos del otro lado del televisor se sumaban al convite.

Acompañado por Humberto Ortíz (como Coquito, el fiel compañero del capitán), Olmedo se cargó al hombro un proyecto que empezó como un micro de 5 minutos en la grilla de Canal 9 y no paró de crecer hasta extenderse a una hora, tener su propia película y convertirse en un verdadero clásico.

El show de Carlitos Balá

Carlos Balá inició su carrera como actor cómico, pero siempre se sintió más a gusto haciendo un humor familiar, más “blanco”. Por eso, que fuera convocado para entretener al público infantil fue apenas una cuestión de tiempo.

El show de Carlitos Balá debutó en la pantalla de ATC, en 1979 y se convirtió en un éxito rotundo. La gracia y el talento del conductor cautivó a los pequeños, que rápidamente adoptaron la propuesta e hicieron suyas algunas de sus ocurrencias y rituales, como la frase “un kilo y dos pancitos”, el “gestito de idea”, el “sucutrule”, los pasos de comedia junto al invisible perro Angueto, el chupetómetro o la clásica pregunta sobre el gusto que tiene la sal.

Carozo y Narizota


Mientras programas como The Muppet Show o Plaza Sésamo se convertían en clásicos televisivos en Estados Unidos, José Luis Telecher soñaba con un espacio propio para Carozo y Narizota, las dos marionetas que cobraban vida desde La tarde de los chicos, en Canal 13.

No tuvo que esperar demasiado: en 1980, el perro celeste y la “garrapata mutante” -sí, Narizota es una “garrapata mutante- se despidieron de Elvira Romei y el robot Tuerquita para tener su propio show, junto al Profesor Gabinete, todos los días a las 17. El programa fue un éxito, los discos y cassettes se vendían como pan caliente y todo niño quería tener su merienda junto a los simpáticos personajes de peluche y sus amigos.

Telejuegos


Conducido por Gachi Ferrari y por la titiritera y ventrílocua Cecile Charré, Telejuegos fue un clásico de los 80. Emitido por ATC, el programa proyectaba dibujos animados pero también tenía sus propios personajes en escena, como el perro Alfonso, Goma Goma y Willy Baterola.

Dulce de leche


En 1989, Cristina Lemercier quiso capitalizar su imagen como protagonista de Señorita Maestra y se lanzó de lleno a la conducción infantil. Dulce de leche fue un programa de transición, que mezclaba segmentos educativos con canciones y dibujos animados. Se emitió por ATC y, aunque no tuvo segunda temporada, le abrió la puerta a otros programas similares como Cristina y sus amigos (1991) y La hora de los pibes (1992).

En diciembre de 1996, Lemercier murió en condiciones poco claras, que finalmente se caratuló como suicidio.

La Isla de los Wittys


Alejandra Gavilanes era, para el gran público, la novia del actor Jorge Martínez; pero todo cambió en 1990. La propuesta de Canal 13 era arriesgada: conducir La Isla de los Wittys, junto con un grupo de muñecos cabezones, con pies gigantes y sin brazos. Sin embargo, Gavilanes, los Wittys (Papi, Pétalos, Pritty y Plucky) y los malvados Hobos (Bruma y Gula) captaron la atención de los chicos y se convirtieron en uno de los éxitos más inesperados de ese año. En 1991, el programa se llamó El nuevo show de los Wittys con Alejandra.

La ola está de fiesta


Con La Ola Verde (1986/1989), Flavia Palmiero había puesto un pie en el universo infantil. Pero fue en 1990, con La ola está de fiesta, que consiguió consagrarse como la favorita del público menudo.

Acompañada por Pelín -una suerte de koala gigante y amarillo- y por los pelines -su cuerpo de baile, que supo contar con las presencias de Nicolás Cabré y Agustina Cherri-, Flavia le cantaba al Ratón Pérez, al Señor Semáforo, a los miedos y hasta anunciaba que se iba a “hacer pipí”. En 1991, afrontó el duro desafío de competir con el “huracán Xuxa” y, unos años más tarde, volvió a la actuación con la olvidada Flavia, corazón de tiza.

El show de Xuxa


Luego de triunfar como conductora infantil en Brasil, Maria da Graça Meneghel aterrizó con su nave espacial en la pantalla de Telefé para desplegar todo su carisma y convertirse en un verdadero suceso. El programa se emitió entre 1991 y 1993, y fue la consagración definitiva de la “reina de los bajitos” en toda América Latina. Entre sexy y angelical, la idea de cómo debía ser una animadora infantil nunca volvió a ser la misma después de Xuxa.

Reina en Colores


Tras pasar por la revista, el género picaresco y la telenovela, Reina Reech quiso darle un vuelco a su carrera probándose en el rol de conductora y productora de infantiles. Su debut fue en 1993, con Reina en Colores, por ATC, y logró entrar por la puerta grande en el corazón de los chicos. Discos, espectáculos teatrales y giras garantizaron su continuidad en pantalla durante casi una década.

Las Tres Marías


Con Carozo y Narizota, con Pipo Pescador, solas, en los 70, en los 80, en los 90. Las Trillizas de Oro son un clásico. ¿La clave de su atemporalidad? Su imagen “lavada”, sus cabelleras siempre sueltas, rubias y bien peinadas, lejos de las minifaldas y los colores estridentes. Las hermanas María Laura, María Emilia y María Eugenia supieron ocupar y permanecer en el podio de las preferidas de los chicos a través de los años. En este video, en una de sus últimas incursiones en la conducción infantil: el programa Las tres Marías, de 1996.