Un conductor vasco de 56 años registró un récord mundial digno de los Juegos Olímpicos de la ebriedad, en los que, seguramente, se hubiese quedado con el Oro.
Registró 4,75 gramos de alcohol por litro de sangre en un análisis al que fue sometido en un control vial en Burdeos, en la frontera de España con Francia.
Cuando fue detenido, el hombre, completamente ebrio, llevaba manejados 240 kilómetros pero, según confesó cuando fue parado, no sabía de donde venía, ni hacia donde iba. Es más, fue incapaz de soplar la pipeta del análisis.
Rápidamente, fue trasladado al hospital más cercano. La policía, por su parte, se mostró azorada, aseguran que es casi imposible dar con un positivo superior a los 3 gramos por litro, ya que esa marca es considerada“coma etílico”.
Como consecuencia de su accionar, el hombre, mínimo, sufrirá la pérdida de su carné de conducir por al menos seis meses. Poco para el Usain Bolt del alcoholismo al volante.
