Guillermo “Fatiga” Reynoso, apodado así por el legendario armoniquista Hugo Díaz, integraba Los Manseros Santiagueños desde 1966. El músico, cantor y bombisto, murió ayer a la madrugada en el Sanatorio Güemes, víctima de un paro cardíaco. Reynoso, se había descompensado en Córdoba, luego de participar de un show en Villa del Totoral. Desde allí, su salud comenzó a decaer, aunque el 15 de agosto cumplió sus ochenta años. Sus restos serán velados y sepultados en Morón, donde mora su esposa.
“Fatiga” Reynoso entró al legendario grupo, fundado por Onofre Paz y Leocadio Torrres, en reemplazo de Carlos Saavedra. Su sencillez sobre el escenario, su maestría en el golpe del bombo y sobre todo su registro áspero y vidalero, aportaron al grupo un toque singular. Su figura y popularidad dentro del grupo fue acompañando el fenómeno del grupo en los últimos diez años. Tanta actividad tenían a Fatiga Reynoso al borde del retiro. “Ya me canso mucho”, había anunciado el músico en 2014.
Así y todo el grupo siguió tocando en distintos festivales de todo el país durante todo el 2015. Llenaron dos Teatro Opera en diciembre y a comienzos de este año lanzaron un nuevo disco Corazón de Mansero, último registro en el que participó Reynoso. La noticia de su muerte causó mucho dolor en los músicos de Santiago del Estero y artistas como el Dúo Coplanacu, Los Nocheros, Soledad, Los Tekis, Peteco Carabajal y referentes de la cultura santiagueña lo recordaron en las redes sociales. El que mejor lo definió fue el poeta Bebe Ponti: “Su voz inconfundible armonizaba el canto de este cuarteto como si fuera la de un montaraz con un ala clavada en pecho, por eso su voz era sinónimo de Vidala, de tinaja soplada por el viento”.
