Mis citas no funcionan, ¿qué estoy haciendo mal?

Mis citas no funcionan, ¿qué estoy haciendo mal? es una pregunta que hacen algunos pacientes en la consulta de psicología. “Y la primera pregunta que les suelo hacer tiene que ver con las expectativas que tienen de esas citas que, en apariencia, parecen tan tormentosas: ¿qué significa para ti que una cita funcione? En ocasiones el problema no se encuentra en la inseguridad o en la falta de habilidades sociales, sino en lo que uno espera obtener de ese encuentro”, cuenta Adriana Esteban, psicóloga de Instituto Centta.

En la mayoría de los casos las expectativas no se ajustan a la realidad y se idealiza un vínculo que, de no producirse, se vive como algo que directamente “no funciona”. Las personas son únicas y es necesario enfrentarse a este tipo de encuentros con la flexibilidad suficiente como para saber adaptarse a los diferentes contextos que pueden tener lugar a la hora de conocer a alguien.

Según Esteban, “múltiples causas pueden explicar que una persona se encuentre con dificultades al conocer a alguien con la intención de formar una pareja. El mundo de los vínculos es muy complejo y requiere de muchas variables que deben tener lugar para que las piezas del puzzle puedan encajar. Las principales causas que pueden justificar la dificultad a la hora de buscar pareja tienen que ver con las inseguridades y miedos. El miedo a fallar, a ser rechazado, a ser juzgado, a ser dañado, etcétera”.

La psicóloga prosigue explicando que “todos hemos experimentado diferentes tipos de amor a lo largo de nuestras vidas, en múltiples formas y estas experiencias previas también juegan un papel importante porque, en ocasiones, determinan la manera en la que nos relacionamos. Si uno ha sufrido en relaciones anteriores, lo esperable es que se proteja ante nuevos vínculos, mientras que, si uno no ha experimentado relaciones tormentosas, es probable que ponga ‘toda la carne en el asador’ pues la interpretación del riesgo será diferente para cada caso”.

¿La timidez puede ser una razón?

“No necesariamente”, responde Esteban, alegando que “la timidez es un rasgo del carácter o personalidad de una persona que no es limitante a nivel social. Se trata de un continuo, pues todos somos más o menos tímidos en función del contexto, del estado de ánimo, del momento, de la compañía, etcétera. Ser tímido no determina un mal funcionamiento en una cita, es más, incluso puede ser un punto a favor porque hay quienes se sienten atraídos por este estilo de vinculación”.

¿La incompatibilidad es un problema?

La exigencia en buscar a una persona que nos encaje generalmente aumenta con la edad. Adrián Garrido, psicólogo de Instituto Centta, afirma que “buscamos personas que nos hagan la vida más fácil y que se complementen a la perfección con nosotros. De ahí que, posiblemente, sintamos que el problema es que la persona que tengo enfrente es incompatible y, esto, no es del todo incorrecto, de hecho, es algo positivo. Se convierte en algo peligroso y frustrante para la persona cuando se busca encontrar a alguien perfecto, que no tenga fallos y que no conlleve sacrificios/problemas. Esta búsqueda está mal estructurada desde el principio, pues la exigencia y las expectativas con las que se hace este encuentro son muy altas, apareciendo pensamientos del tipo No voy a encontrar a nadie que encaje conmigo, y como consecuencia, frustración y desesperanza”.

La autoestima en la búsqueda de una relación amorosa

Tal y como señala Garrido, “la autoestima juega un papel crucial al conocer gente nueva, sobre todo al buscar una relación amorosa. Y es que reafirma nuestra seguridad, damos opinión y actuamos con más comodidad, etcétera. De igual manera que se hace en otras facetas de la vida, potenciar la autoestima y patrones comportamentales que te hagan sentir más cómodo a la hora de ligar aumentarán sin duda las probabilidades de éxito. Sin embargo, ligar o no ligar no va a depender únicamente de esto, sino que hay muchas más variables que juegan un papel importante en este proceso”.
 

¿A ligar se aprende con la experiencia?

“En cualquier contexto, incluido el de las citas, la teoría sin la práctica pierde eficacia. Para adquirir un aprendizaje hace falta repetir la conducta repetidamente, para aprender de los errores e ir mejorando con la experiencia. Con las citas pasa un poco lo mismo: no podemos aprender a ligar si no ligamos”, recuerda Esteban.

La psicóloga comenta que lo emocionante del mundo de la comunicación y la vinculación es que cada persona es única,” lo que significa que lo que uno aprende de una persona quizás no funcione en otra. Más que ligar, se trata de desarrollar una serie de habilidades de socialización específicas del ámbito del coqueteo y flirteo que sirvan para acercarse a las personas desde el deseo de conocerlas desde un punto de vista más íntimo y personal. Y eso se puede conseguir de muchas formas en función de la necesidad de cada uno: desde la autoexposición hasta la psicoterapia”.

Al respecto, Garrido añade que, en el supuesto de que la persona se sienta incapaz de conectar con el otro, habría que explorar qué hace imposible que se pueda relacionar. La escucha activa, la empatía, y sobre todo, la no urgencia de que el otro supla una carencia o necesidad que yo tengo que suplir, son factores determinantes para una conexión exitosa. Cuando hablamos de necesidad, hablamos de ‘suplir algo con la persona que tenemos enfrente’, por ejemplo, cuando la búsqueda de una pareja tiene como finalidad no sentirme solo, sentirme completo o, simplemente, necesito de otra persona para ser feliz”.

¿Hay actitudes que suelen crear rechazo en la primera cita?

Esteban menciona el dicho “siempre hay un roto para un descosido”, “lo que significa que una actitud que puede generar rechazo en una persona, puede ser una condición atractiva para otra, por lo que no hay actitudes como tal que en sí provoquen sentimientos de rechazo en el otro. Se trata de cómo miramos al otro, lo cual viene determinado por cómo nos miramos a nosotros mismos puesto que será esta la forma en la que nos comportemos. Es decir, si nos percibimos como alguien inseguro, que a nadie le vamos a interesar, que solo vamos a aburrir al otro, que soy feo y nadie me va a querer, lo más probable es que me comporte como tal, y no inicie temas de conversación porque, total, no le va a interesar; o conteste con monosílabos, porque no tengo nada que decir y si hablo demasiado aburriré a la otra persona”.

Obsesionarse por cómo el otro nos va a percibir suele favorecer que despleguemos una serie de conductas de protección que nos distancien de la conexión emocional que buscamos.

Potenciar las emociones agradables en una cita romántica

“No hay emociones positivas o negativas, pues todas cumplen una función y ello las convierte a todas en positivas”, afirma Esteban. “Lo cierto es que hay algunas más agradables que otras y expresarlas forma parte de la inteligencia emocional del ser humano. No se trata de ocultar las emociones desagradables, pues estaríamos renunciando a nuestra naturalidad, espontaneidad y esencia. Se trata de potenciar aquellas agradables, ya que en una cita uno busca sentirse lo más cómodo, seguro y a gusto posible, siendo estas emociones las que mejor cumplen esta función”.

Es esperable que aparezcan determinadas emociones que inviten a desestabilizar el encuentro. Generalmente, nuestro peor enemigo es el miedo, en concreto el miedo al rechazo, que todos presentamos en mayor o menor medida puesto que se activa en situaciones en las que nos sentimos evaluados o juzgados por los demás. La psicóloga de Centta advierte de que, “ante estas sensaciones, tenemos tan solo dos opciones: sacrificar nuestros deseos y necesidades para ser aceptados por el otro o evitar exponernos de nuevo, es decir, nos aislamos o inhibimos. En cualquiera de los casos dejamos de ser nosotros mismos y, por tanto, la persona con la que nos encontramos en una cita deja de tener la posibilidad de conocernos como realmente somos”.

¿La naturalidad ayuda a causar buena impresión?

La naturalidad se asocia con la espontaneidad, siendo estas unas cualidades claves para favorecer el éxito de una cita. A esto, Esteban puntualiza que “no se trata de causar buena impresión, sino de gustar a la otra persona tal y como uno es. Hacer el esfuerzo por ocultar una parte de nosotros o fingir algo que no somos a corto plazo puede funcionar, pero a largo plazo se convierte en un calvario del que se hace difícil escapar. El peligro es que nuestra identidad está en juego y en ocasiones nos centramos tanto en el otro y en qué pensará que nos olvidamos de nosotros mismos y de nuestras necesidades”.

Consejos para no ‘bloquearse’ en una cita

Todos tenemos un personaje que activamos ante situaciones en las que nos sentimos inseguros y esta figura nos protege, pero a su vez nos distancia de los demás. Este personaje puede adquirir distintas formas, pero todas ellas tienen en común que se trata de un mecanismo de defensa que debemos identificar para evitar que entre en juego a la hora de conocer a alguien. Por lo tanto, el primer paso trata de identificar nuestras vulnerabilidades y prepararnos previamente para que nuestro personaje no nos juegue una mala pasada”, describe Esteban.

“Los rituales de preparación incluyen no solo los objetivos que uno persigue en dicho encuentro, sino también la forma de vestir, la puntualidad, el lugar escogido, el momento, etcétera, y ayudan a evitar los bloqueos emocionales. Son los pensamientos los que crean la realidad, por lo que aprender en gestión emocional es otra de las claves para no bloquearse”, concluye esta psicóloga.