El Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que la economía argentina crecerá 2,5 por ciento este año y otro 2,5 por ciento en 2018, proyectó una inflación superior a la meta del Banco Central y recomendó al país acelerar el ajuste fiscal el año entrante.
Así se desprende del Reporte Ecónomico Mundial (WEO, sus siglas en inglés) que el organismo presentó esta mañana en Washington, como comienzo a la Asamblea anual del FMI y el Banco Mundial en Washington. Hasta allí viajaron los ministros de Hacienda y Finanzas, Nicolás Dujovne y Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger.
Las proyecciones de crecimiento del Fondo son más conservadoras que las del Gobierno, que estipuló una expansión del PBI del 3 por ciento para este año y del 3,5 por ciento para 2018 en el proyecto de Ley de Presupuesto que envió al Congreso a mediados de septiembre.
El FMI estimó que Argentina terminará este año con una inflación del 22,3 por ciento -en línea con las proyecciones privadas- y que el IPC será del 16,7 por ciento en 2018. El Banco Central trabaja con una meta de 10 por ciento para el año entrante, que puede estirarse a 12 puntos porcentuales. Según el Fondo, la inflación promedio será del 17,8 por ciento en 2018, contra el 15,7 por ciento que proyectó el Ejecutivo -y que espera que sea la referencia para las negociaciones paritarias-.
De todos modos, el Fondo mejoró sus perspectivas hacia el país, ya que preveía una expansión de 2,2 por ciento para este año (después corregida a 2,4%), luego de la recesión de 2,2 por ciento de 2016. Para el FMI, “salarios reales más altos aumentaron el consumo, la inversión avanza, apoyada en la obra pública; y la exportación se beneficia de una demanda externa más fuerte”.
Para el Fondo, el Gobierno deberá mantener una política monetaria restrictiva, de tasas altas, para contener la inflación el año entrante. “La demanda interna privada sigue mejorando gradualmente, en un contexto de ajustes macroeconómicos rigurosos (altas tasas de interés reales requeridas por el proceso de desinflación y el inicio de la consolidación fiscal”, escribió el FMI en su reporte.
Al respecto, el Fondo sugirió: “Con la economía emergiendo de la recesión después del periodo de ajuste, Argentina debe acelerar su consolidación fiscal en 2018”.
Las palabra “consolidación”, más simpática que “ajuste”, coincide con el discurso oficial de reducción gradual del déficit. En esa línea, Dujovne insistirá esta semana en Washington en el sendero de baja del gasto y en que Argentina cumplirá con sus metas: un déficit de 4,2 puntos del PBI este año (ayudado por los ingresos extraordinarios del blanqueo de capitales) y del 3,2% del PBI para 2018.
El Fondo enviará una misión a Argentina después de las elecciones, como parte de la revisión de la economía contemplada en el Artículo IV del estatuto del organismo. El país retomó esas auditorías el año pasado, luego de una década en la que el Gobierno de Néstor y Cristina Kirchner impidió la llegada de los técnicos del FMI. Como Argentina no tiene un programa de crédito abierto con el Fondo, las recomendaciones no son vinculantes.