Los problemas más frecuentes de las uñas

Las uñas pueden sufrir ciertos problemas y en esta nota te contamos cómo debería ser una uña “normal” y cuál son las anomalías más frecuentes.

Las uñas saludables deberían ser de color rosado, con un toque más blanquecino cerca de la base. Pero a veces las uñas sufren alguna alteración o anomalía, que puede deberse a múltiples causas.

“Siempre que se observe una alteración de la uña que no mejore de forma espontánea, es recomendable ir al médico”, dijo la doctora Leire Aguado, dermatóloga de la Clínica Universitaria de Navarra (España). “La alteración más común de las uñas es que se vuelvan frágiles”, explica Aguado.

A medida que envejecemos, tienden a volverse quebradizas. Y con el paso de los años, muchas se debilitan debido al contacto continuado con el agua o con productos químicos como detergentes o esmaltes. Con la edad pueden aparecer también estrías verticales, desde la cutícula hasta el final de la uña. Las estrías verticales son bastante comunes y no hay que preocuparse por ellas.

Se recomienda usar siempre guantes para cualquier actividad en contacto con el agua y aplicar con frecuencia crema hidratante. Si la uña está debilitada, puede fortalecerse con suplementos de vitamina B7.

Hongos y psoriasis

Otro factor común es el déficit de vitaminas o minerales. “En estos casos, la debilidad de las uñas suele ir acompañada de la pérdida de cabello”, dice Aguado.

Si las uñas presentan alteraciones de color, como por ejemplo verse amarillentas, las causas más comunes suelen ser las infecciones por hongos. Mucha gente desarrolla una infección por hongos o bacterias en algún momento de su vida.

Estas infecciones no suelen ser graves, aunque pueden ser incómodas y difíciles de tratar. Las infecciones por hongos se desarrollan poco a poco y provocan que la uña se vuelva descolorida, amarillenta, engrosada y distorsionada.

El nombre médico para estas infecciones es onicomicosis y la mejor forma de prevenirlas es lavar adecuadamente los pies, secándolos bien e intentando que permanezcan secos a lo largo del día.

Otro tipo de infecciones son las causadas por bacterias, hongos o virus herpes que infectan la piel que rodea la uña debido a cortes o fisuras en la cutícula.

Esta condición, denominada paroniquia, puede ser aguda, si se desarrolla en solo unas horas, o crónica, cuando dura más de seis semanas.

Una de las causas de que las uñas se vean alteradas puede ser un traumatismo. A menudo, las uñas reciben pequeños golpes contra el zapato durante la vida diaria.

Los microtraumatismos pueden suceder también al practicar algunos deportes como correr o tenis, y generar rayitas violáceas o amarillentas, afirma el doctor Vicente Delgado, dermatólogo de la Academia Española de Dermatología y Venereología, en un artículo disponible en la página de la academia.

En ocasiones surgen manchas blancas en las uñas, una condición que se llama leuconiquia y que se debe a la decoloración de la lámina ungueal.

“La leuconiquia tiene algunas variantes”, explica Julio Sartori, dermatólogo de la Clínica Mayo, en Estados Unidos.

Las manchas pueden ser como pequeños puntos blancos, en uno o varios dedos, un fenómeno asociado con pequeños golpes o mordeduras de la uña que suele desaparecer al cabo de unos meses y es más frecuente en niños.

La aparición de líneas profundas que van de izquierda a derecha de la uña, conocidas como líneas de Beau, pueden ser el resultado de una enfermedad previa o surgir como consecuencia de la quimioterapia.

Las uñas amarillentas se han asociado con enfermedades como la bronquiectasia (una enfermedad pulmonar), la sinusitis, la tuberculosis, la ictericia o el linfedema.

Cuando las uñas son mitad blancas, mitad marrones, esto puede ser una señal de fallo renal, aunque el vínculo entre ambos no está bien entendido científicamente.

Otra condición muy poco frecuente son las uñas de Terry, que aparecen blancas con una punta enrojecida y están vinculadas con muchas enfermedades, como la cirrosis o la anemia.

La anemia por falta de hierro está asociada también con las conocidas como uñas cuchara, o Coiloniquia.