En el siglo XIX el hombre estaba obsesionado con conquistar distintas partes del planeta. Desde mediados del siglo XX esta obsesión se trasladó a la luna. Ahora, todo en lo que pueden pensar los expertos de la NASA y otros centros científicos del mundo es cómo llegar a Marte.
Desde el presidente de Estados Unidos Barack Obama hasta especialistas en el tema aseguraron que a partir de 2030 este objetivo espacial podría llegar a llevarse a cabo. Pero no todo es alegría. Según científicos que profundizaron el tema y se enfocaron en estudiar las secuelas de salud que podría traer terrible aventura, los daños en el cuerpo humano son múltiples.
Según un estudio publicado por la revista Science en 2013, la exposición acumulada para un astronauta en la fase de vuelo -sin contar la estadía en el planeta- se comparaba a exhibirse unas 33 mil veces a una radiografía. Algo totalmente intolerable para el cuerpo.
Pero el pronostico más grave lo realizaron especialistas de la Universidad de California Irvine. En el mismo, se asegura que quienes viajen podrían sufrir demencia crónica, una afección tan potente que haría que hasta incluso no recuerden nada de lo que pasó en la aventura espacial.
