La terapia de flotación que nos permite relajar la cabeza y el cuerpo

El método no sólo permite alcanzar profundos niveles de relajación sino también para tratar lesiones musculares, dolores crónicos, fibromialgia, afecciones dermatológicas y desintoxicar el organismo.

¿Escuchaste alguna vez hablar de la “terapia de flotación”? Tan sólo tenés que meterte en un flotario, que es una piscina de 30 cm de profundidad que contiene 700 litros de agua y 350 kg de sales de magnesio, acostarte y relajarte… el resto viene solo.

Este sencillo método, que se está usando mucho en España, sirve para descansar, desconectarse del mundo, pero también para tratar lesiones musculares, dolores crónicos, fibromialgia, afecciones dermatológicas y desintoxicar el organismo.

Una vez que entrás en esta especie de tanque, flotás sin esfuerzo debido a la cantidad de sales que tiene el agua. “La densidad del agua es imperceptible, ya que la textura de la misma no cambia”, dice David Murcia, responsable de Flotexperience, un centro de flotación y haloterapia ubicado en Madrid, España.

Las sales que se utilizan para esta técnica son sulfato de magnesio, aunque se conocen popularmente como sales de Epsom, que son suaves, no irritan y suavizan la piel. “De hecho, la piel apenas se arruga, pues el cuerpo, cuando estamos en el flotario, no absorbe agua sino que la suelta, lo que se conoce como proceso de ósmosis. Esto ayuda a desintoxicar el organismo”, explica Murcia.

Asimismo, esta técnica tiene otros beneficios. Las sales de Epsom se suelen usar para aliviar dolores, contracturas musculares y calambres y también para el tratamiento de diversos problemas dermatológicos. La flotación “reduce la tensión muscular. Gracias a la ingravidez el cuerpo no tiene que hacer ningún esfuerzo. Así aumenta la oxigenación de todo el tejido muscular, lo que optimiza los procesos de recuperación de lesiones, contracturas y tirones”, afirma.

¿Quiénes pueden beneficiarse más?

Si bien todas las personas pueden beneficiarse de esta experiencia, quiénes más podrían sacar provecho son las embarazadas, por ejemplo. Con la flotación pueden ayudar a aliviar las molestias del embarazo. Además, la madre se pone en una situación similar a la de su hijo dentro del útero, explica Murcia.

Otros de los más beneficiados son los deportistas “a la hora de recuperarse después de entrenamientos intensos o tras la competición, y no sólo a nivel físico, sino también en lo relativo a la concentración”.

La flotación también está recomendada “para quienes tienen lesiones de espalda, dolores crónicos y agudos como la fibromialgia o el síndrome de fatiga crónica, para problemas de estrés, de insomnio y para alteraciones dermatológicas como psoriasis, dermatitis, etc”.