Desde el jueves pasado la mujer más anciana del mundo es la italiana Emma Morano. Es, además, la última persona del siglo XIX que aún queda viva.
¿Cómo hizo para llegar a los 116 años? Parte del secreto puede estar en su particular dieta, que no suele seguir los habituales consejos de los nutricionistas y las guías alimentarias.
Durante años, el consumo de huevo estuvo demonizado por su alto contenido de colesterol. Emma jamás se dejó influenciar por esta opinión: tiene como costumbre comer hasta tres huevos por día (uno hervido y dos crudos).
Además prefiere la carne sobre las verduras, a las que evita. Y tampoco se cuida de los dulces: la compota de manzana, las galletas, el pannetone y el Pandora -dos pasteles que se comen en Navidad-, son parte de su dieta.
La italiana almuerza a las 11 y cena a las 18. Y luego de cada comida, hace una rigurosa siesta. “Estoy muy bien, estoy muy bien y durante mucho tiempo así será, estaré con ustedes”, prometió por sus 116 años.
