La interacción con la comunidad mejora los resultados escolares

Lo afirman estudios científicos. En el país son cada vez más los colegios que abren sus puertas a los vecinos.

De instituciones cerradas y verticales a organizaciones abiertas y participativas. Tal es el cambio que muchas escuelas argentinas han empezado a transitar con el objetivo de alcanzar mayores niveles de aprendizaje y de inclusión social. La ciencia lo respalda: las teorías pedagógicas más avanzadas aseguran que la interacción y la participación de la comunidad son clave para el éxito educativo.

Con esta premisa, desde 2013 se llevan adelante en nuestro país las jornadas “Escuela, Familias y Comunidad”, una actividad acordada por el Consejo Federal de Educación e incluida dentro del Plan Nacional de Educación Obligatoria y Formación Docente (2012-2016) para fortalecer la relación entre directivos, profesores, alumnos y padres. En cada edición, las escuelas abren sus puertas a los vecinos y a las organizaciones sociales del lugar para abordar distintos temas y acordar líneas de acción.

“Estas jornadas han demostrado su importancia para mejorar el vínculo entre las escuelas, las familias y la comunidad, y ya son parte de los hábitos y del calendario de la mayoría de los establecimientos del país”, aseguran sus organizadores. Con este tipo de prácticas, explican, no sólo se logra un mayor compromiso de los padres con el aprendizaje de sus hijos, sino que se construye ciudadanía y se mejora la convivencia entre vecinos.

Un objetivo similar persiguen las “Comunidades de Aprendizaje”, un proyecto impulsado por el Centro de Investigación en Teorías y Prácticas Superadoras de Desigualdades (CREA) de la Universidad de Barcelona e implementado en la Argentina desde 2015 por CIPPEC. Basada en la pedagogía de Paulo Freire, la iniciativa propone una transformación de las escuelas a partir de una serie de innovaciones que buscan generar nuevos diálogos con su comunidad.

“Una de las innovaciones, por ejemplo, consiste en la formación de comisiones mixtas de gestión para resolver temas de infraestructura o para ofrecer cursos a los vecinos. Son como cooperativas, pero más amplias y descentralizas, en las que participan padres, alumnos, jubilados o referentes de instituciones cercanas”, explica Alejandra Cardini, directora del proyecto. Y agrega: “La propuesta se funda en la idea de que cuantos más diálogos hay entre las personas, más aprendizajes se generan”.

El proyecto, que ya se implementa con éxito en España, Brasil, Perú, Colombia y México, no focaliza sólo en el aprendizaje, sino también en temas de cohesión social y equidad. En la Argentina, ya son más de 20 las escuelas que se sumaron a la iniciativa en las provincias de Salta, Santa Fe y Chaco.

Por Rafael Otegui