En promedio, por semana ocho infractores se acercan a la Escuela de Seguridad Vial Municipal para realizar nuevamente el curso de manejo. Se trata de una sanción obligatoria e insustituible que reciben los conductores que cometen algún tipo de faltas. Debido al incremento en la cantidad de asistentes se abrió una jefatura, que forma la Dirección de Tránsito de la comuna.
Por otro lado, están las que se denominan tareas comunitarias, en estos casos la persona realiza un trabajo a la comunidad, pero son hechos excepcionales.
El 90% de quienes asisten a las jornadas tiene un acta labrada por alcoholemia positiva y el resto es por falta de uso de casco y cruzar los semáforos en rojo. El porcentaje preocupa a las autoridades, ya que en Posadas rige la normativa de alcohol cero hace más de un año. En la ordenanza XVI-Nº 17 -antes 1009/03- se detalla cuáles son las sanciones que deben recibir los conductores, dependiendo de la infracción. Transcurridos los fines de semana, los juzgados reciben la mayor cantidad de actas por faltas en el tránsito.
Betina Balbachan, quien está a cargo del Juzgado de Faltas Nº 3 de Posadas, manifestó a El Territorio que “el curso de reeducación es de 40 horas, allí los infractores trabajan con un temario y se incluye todo lo que tiene que ver con lo que causa el alcohol en sangre, la idea es que no vuelvan a cometer la misma falta”.
Sostuvo que es obligatorio para quienes tienen más de 0,5 gramos de alcohol en sangre, aunque si es menor, queda a criterio del juez la decisión.
El 90% de quienes tienen que realizar el curso es mayor de 30 años de edad, aunque también se observan personas de 50 años y aseguran que es muy bajo el porcentaje de jóvenes. El capacitador de la Escuela de Tránsito y Seguridad Vial, Rubén Tamis, dijo que “los infractores tienen que hacer tres veces la charla que sirve para obtener la licencia y después hacen una específica en la que se aborda la infracción cometida”.
Además está la figura del disertante, en este caso el conductor que está realizando el curso debe asistir a una escuela -primaria o secundaria- y contar su experiencia y la peligrosidad de no haber tomado los recaudos al momento de salir a la calle con vehículo.
La jueza explicó que “por lo general se observa que la persona tenga las condiciones para disertar y la escuela (de manejo) es la que decide si el conductor debe ir o no”. En este sentido, Tamis indicó : “Todos deben ir a los establecimientos a contar lo que les sucedió”.
El capacitador señaló que la Jefatura de la comuna se encarga de seleccionar y organizar los encuentros con las escuelas en las que se darán las charlas y de las que participarán los infractores.
La implementación de los cursos para infractores se aplica en la ciudad hace más de dos años y hasta el momento, se contabilizó a unas 250 personas que se vieron obligadas a cursar por cometer una falta de tránsito. “Nos damos cuenta que cuánto más control hay, más infractores se detectan”, expuso Tamis.
A modo de ejemplo, Balbachan comentó que en mayo, el Juzgado Nº 3 recibió unas 70 actas de infracción en relación a la alcoholemia y en lo que va de agosto son más de 20. “Lo que se busca es prevenir, lo que vemos es que quienes hicieron el curso de nuevo agradecen porque hay muchas cosas que no tenían conocimiento”. A su vez, Tamis agregó que “la mayoría viene con la peor predisposición, pero lo bueno es que el 95 % vuelve con su grupo familiar o laboral con otra mentalidad, ese es un gran logro”.
Tareas comunitarias
Las tareas comunitarias son aquellas que se disponen o que tiene que ver con satisfacer las necesidades de la comunidad. Éstas las establece cada juez; para esto evalúa los antecedentes del infractor, las habilidades, la falta que cometió, la edad, la condición física, si está o no en condiciones de abonar la multa, entre otros puntos.
En estos casos, es el juez quien fijará la cantidad de horas de tareas comunitarias que debe realizar la persona y determinará las modalidades y el lugar dónde se desarrollarán. La figura de las tareas comunitarias se utiliza en casos excepcionales y sirven para suplantar una multa. “No se puede establecer como una regla general porque las personas son distintas, por eso son excepciones”, dijo Balbachan.